Asaltaron con armas la casa del titular del Concejo Deliberante

Asaltaron con armas la casa del titular del Concejo Deliberante

Para que les digan dónde estaba el dinero, los ladrones le apuntaron a un bebé en la cabeza. Los delincuentes se llevaron joyas, $ 13.000 y una notebook, entre otros bienes. En la vivienda sólo había cuatro mujeres.

EN EL BARRIO FEPUT. El edil Ramón Cano, en la puerta de su casa, habla con vecinos mientras los agentes de la Policía revisan el interior de la vivienda. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO EN EL BARRIO FEPUT. El edil Ramón Cano, en la puerta de su casa, habla con vecinos mientras los agentes de la Policía revisan el interior de la vivienda. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
03 Agosto 2010
"Sabían que era mi casa". La declaración de Ramón Santiago Cano puede tener una doble lectura, aunque él mismo se haya encargado de despejar dudas. La familia del presidente del Concejo Deliberante fue víctima ayer a la mañana de un violento atraco, durante el cual al menos cuatro hombres se apoderaron de dinero y de algunos objetos de valor. El edil justicialista se encontraba en su trabajo cuando sucedió el ataque y quedó conmovido al conocer los detalles. "Siento una impotencia terrible", le dijo a LA GACETA.

Cano y su familia residen en la manzana B, lote 25 del barrio Feput, al noroeste de la ciudad. El concejal, dijo, había salido temprano. En la vivienda quedaron cinco personas: su cuñada, Mónica Patricia Suárez, de 46 años, su nuera, Sandra Noelia Fernández, de 21, el pequeño hijo de ella, de sólo cuatro meses, y dos empleadas domésticas, Carmen Haydée Lascano, de 37 años, y Adriana Benítez, de 39. La zona, advirtieron tanto Cano como sus vecinos, es tranquila. A la hora en la que los ladrones decidieron entrar en acción había muy pocas personas en la calle.

Lascano estaba limpiando la vereda. El dato posterior no es menor: los cuatro hombres que se acercaron estaban vestidos con chalecos y llevaban escobas y palas. Lo reconoció el mismo Cano: parecían de una cooperativa de trabajo del plan Argentina Trabaja. Dos de los delincuentes sorprendieron a la mujer y la metieron a la fuerza a la casa. Lascano intentó gritar, pero la acallaron de un cachetazo. Adentro de la vivienda, de dos pisos, todo fue violencia. "Sabemos que hay plata, no se hagan las locas y entreguen todo", fue la amenaza. Aunque no hubo resistencia - "qué podían hacer cuatro mujeres contra cuatro delincuentes armados", dijo Cano- los ladrones repartieron varios golpes. Estuvieron unos 25 minutos dentro de la casa. El momento más dramático fue cuando uno de ellos le apoyó un arma de fuego en la cabeza al bebé. "Decí donde está la guita", le dijeron a Fernández, quien estaba dormida cuando los hombres ingresaron y no entendía muy bien qué pasaba. Los otros delincuentes se dedicaron a revolver toda la vivienda. Según la denuncia, de lo primero que se apropiaron fue de un puñado de joyas, propiedad de la esposa de Cano. Luego tomaron una notebook y dos celulares, y después encontraron $ 200. Pero para ellos era poco botín. Según la información que recibió luego la Policía, tras revisar todas las habitaciones, las víctimas se dieron cuenta de que faltaban $ 13.000 que estaban en un ropero. Antes de escapar, los ladrones amarraron a las cuatro mujeres con cables que encontraron en la casa. El bebé lloraba a gritos, Cuando salieron fueron hacia el oeste y llegaron, a 50 metros, hasta la avenida Las Américas, donde los habría estado esperando otro hombre, en un auto. Tras esto desaparecieron.

Una de las víctimas logró desatarse, ayudó a las otras a liberarse de las ataduras y llamó a Cano al Concejo Deliberante. El edil, entonces, dio aviso a la Policía.

Minutos después llegó personal de la seccional 12ª, y un poco más tarde, de la Dirección General de Investigaciones. Los ladrones ya se habían esfumado. Las víctimas, muy nerviosas, pudieron hacer retratos hablados y con eso comenzaron a trabajar policías de Robos y Hurtos, al mando de los comisarios Miguel Luna, Adrián Alvarez, Humberto Ruezgas y Raúl Ferreira.

La zona quedó conmovida tras el ataque. Los vecinos no dejaban de comentar lo sucedido, mientras Cano recibía la visita de allegados que se solidarizaban con él. "No importa quién sea la víctima. Ojalá que agarren a estos tipos. Alguien que amenaza a una criatura no puede estar en la calle", advirtió Pedro González, que vive en la misma cuadra.

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