30 Julio 2010
En resumen, los problemas se dividen en varios grupos: gran parte de los vados de las esquinas están mal ubicados o sus pendientes son inadecuadas; lo mismo ocurre con las rampas de acceso a los edificios públicos y privados (si es que existen); hay desniveles en las veredas y muchas están rotas, y el equipamiento urbano (postes, papeleros, señales, semáforos y carteles) y la vegetación invaden muchísimas de las aceras. Con este panorama, la avenida Aconquija es una pesadilla para las personas que tienen las facultades motrices disminuidas por la razón que sea.
Las arquitectas Graciela Rotella de Bauque y Josefina María Ocampo de Guchea son especialistas en Accesibilidad y Diseño Universal, son asesoras del Colegio de Arquitectos y trabajan en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Ellas realizaron un estudio sobre las barreras arquitectónicas en la avenida Aconquija. "Hay que dejar de pensar en las minorías; hay que planificar para todos. Nosotras pregonamos el Diseño Universal. Ya no existe una arquitectura exclusiva para discapacitados. Por ejemplo, el baño debe estar resuelto de tal manera que lo pueda usar un discapacitado, una mamá que entra con su bebé y una chica medio gordita, por ejemplo", explicó Rotella.
El trabajo está dividido en dos: accesibilidad exterior e interior. En el primer grupo se destaca que en los edificios públicos y privados no hay espacio para la circulación de personas en sillas de ruedas o carecen de rampa. Además, los colectivos y las paradas de ómnibus no están adaptadas para las sillas de ruedas. En el segundo grupo consignan que todos los bares, restaurantes y edificios públicos tienen escalones muy difíciles de sortear para un discapacitado. En el caso de las rampas, suelen tener demasiada pendiente, entre otras cosas.
"Para resolver estos problemas, es necesario hacer un relevamiento cuadra por cuadra. Por medio de un análisis a fondo de la situación actual se determinarán cuáles son las falencias y de qué modo se las puede resolver", explicó Ocampo.
Las arquitectas Graciela Rotella de Bauque y Josefina María Ocampo de Guchea son especialistas en Accesibilidad y Diseño Universal, son asesoras del Colegio de Arquitectos y trabajan en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). Ellas realizaron un estudio sobre las barreras arquitectónicas en la avenida Aconquija. "Hay que dejar de pensar en las minorías; hay que planificar para todos. Nosotras pregonamos el Diseño Universal. Ya no existe una arquitectura exclusiva para discapacitados. Por ejemplo, el baño debe estar resuelto de tal manera que lo pueda usar un discapacitado, una mamá que entra con su bebé y una chica medio gordita, por ejemplo", explicó Rotella.
El trabajo está dividido en dos: accesibilidad exterior e interior. En el primer grupo se destaca que en los edificios públicos y privados no hay espacio para la circulación de personas en sillas de ruedas o carecen de rampa. Además, los colectivos y las paradas de ómnibus no están adaptadas para las sillas de ruedas. En el segundo grupo consignan que todos los bares, restaurantes y edificios públicos tienen escalones muy difíciles de sortear para un discapacitado. En el caso de las rampas, suelen tener demasiada pendiente, entre otras cosas.
"Para resolver estos problemas, es necesario hacer un relevamiento cuadra por cuadra. Por medio de un análisis a fondo de la situación actual se determinarán cuáles son las falencias y de qué modo se las puede resolver", explicó Ocampo.
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