En la Costanera venden hasta la ropa para comprar droga

En la Costanera venden hasta la ropa para comprar droga

Según los especialistas consultados, en la zona hay unos 2.800 adictos, que pagan varias veces al día para obtener las dosis de "paco".

LOS ACUSADOS Y EL BOTIN. Uno de los operativos concretados por la Digedrop. Los menores salen a robar para poder comprar los estupefacientes. DIGEDROP LOS ACUSADOS Y EL BOTIN. Uno de los operativos concretados por la Digedrop. Los menores salen a robar para poder comprar los estupefacientes. DIGEDROP
10 Julio 2010
Sienten que no tienen elección: a como dé lugar, deben conseguir los $ 5 que les permitan comprar una dosis de "paco". Pero no les basta con un solo "papelito"; a medida que avanza su adicción, su cuerpo les pide más y más.

Así, mensualmente, jóvenes de los distintos barrios de la Costanera gastan suficiente dinero en drogas como para construir una escuela, 15 casas tipo Fonavi o alimentar a más de 1.600 familias tipo. "No tienen límites para gastar en esa porquería. Si llevan $ 100 en el bolsillo, lo convierten en ?paco?. Hasta se quedan sin comer por culpa de la droga", graficó Dora Ibáñez, vecina de ese barrio y mamá de un muchacho que recientemente se quitó la vida debido a su adicción. Otro de sus hijos está internado en una clínica de rehabilitación fuera de la provincia. "Lo que viven es desesperante", dijo.

En la veintena de barrios que se edificaron a los márgenes del río Salí residen al menos 3.400 jóvenes de entre 10 y 24 años, según cifras proporcionadas en 2009 expertos que trabajan en esa zona. De ese total, cerca del 80% consume estupefacientes.

Según madres de adictos, los adolescentes (tanto varones como mujeres) consumen un mínimo de cinco dosis diarias. Así, en esos vecindarios se comercializan cada día un mínimo de 14.000 fracciones de droga. "Los dealers estiran cada vez más la pasta base de cocaína, y por eso los jóvenes casi no sienten el efecto. Ahora están utilizando mucha harina de maíz y dipirona. Esta última sustancia ayuda a controlar los estados febriles que les produce el uso de la droga", detalló un experto.

Recientemente, el juez de Menores, Raúl Ruiz, remarcó que los chicos que tienen conflicto con la ley penal frecuentemente son adictos a estupefacientes. "Hay una relación entre el consumo y el delito. Pero también están en juego otras cuestiones de fondo, como lo cultural y lo educativo", dijo el magistrado. Aún así, añadió, este es uno de los motivos por el cual los robos perpetrados por adolescentes son cada vez más violentos.

Deseperación
Cifras proporcionadas por la Policía indican que el 70% de los ladrones que atacan con la modalidad de arrebato -tanto menores como mayores- consumen estupefacientes. "Generalmente, acuden al delito para poder adquirir un porro o cocaína. Ante la desesperación, pueden caer en un delito mucho más grave que el robo", explicó una fuente policial.

Según Dora, los adictos comienzan por vender sus pertenencias. "Se llegan a quedar sin la ropa que una les compra. Después se las tratan de rebuscar juntando cartones, lavando autos, como sea buscan las monedas. Pero, al final, muchos salen a delinquir", dijo.

Aunque no hay estadísticas sobre la cantidad de celulares que se sustraen en Tucumán, desde la fuerza comentaron que es el blanco favorito de los delincuentes. Luego de quitarle el chip, estos tratan de venderlo primero entre sus conocidos y luego a los transeúntes, afirmó un policía que investiga esta clase de robos. "Pero si es de alta gama se lo guardan ellos mismos", aclaró.

Dora aseveró que los adictos también utilizan lo robado como moneda de cambio con los "transas". "Ellos les reciben cualquier cosa que tenga valor. Lo único que les interesa es tener alguna ganancia", expresó, indignada.

Dos caras de una moneda
En lo que va del año, la Policía arrestó a 167 dealers durante 75 allanamientos a lo largo de la provincia. En la mayoría de los casos, aseveró recientemente el propio gobernador, José Alperovich, se trata de organizaciones familiares dedicadas a la venta de estupefacientes. Y, según se desprende de las estadísticas oficiales, cada "transa" maneja una caja chica de $ 1.550. Además, cada vendedor tiene unos $ 1.000 invertidos en estupefacientes. Aún así, los expertos no pueden determinar cuánto gana por mes cada narco.

Pero esta es solamente una de las caras de la moneda. Del lado de los consumidores es mucho más factible estimar cuánto dinero circula.

En los distintos barrios de la Costanera, cada mes se gastan unos $ 2.100.000 en drogas (eso cuestan las 420.000 dosis de "paco" que se consumen cada 30 días). Con eso, se podrían pagar 1.400 salarios estatales. La cifra equivale también a 1.750 planes "Argentina trabaja". Claro que, por ahora, los jóvenes de esa zona prefieren gastar su dinero en drogas.

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