Los "dealers" de La Costanera ahora venden psicofármacos

Los dealers de la Costanera no descansan en su afán de ganar dinero a costa de los adictos del barrio. Según madres de jóvenes de esa zona, ahora los "transas" modificaron su oferta de productos. "Ya no trabajan solamente con ?paco? y porros, sino también con psicofármacos", aseveró Elsa Juárez, cuyo hijo consume esta clase de estupefacientes y otros.

Desde la Policía afirman que no pueden hacer nada para evitar este tráfico, pues no se trata de drogas ilegales. "Si una persona toma conocimiento de una farmacia que dispensa estos medicamentos de forma irregular, debe realizar la denuncia en el Departamento de Fiscalización Farmacéutica del Siprosa. También pueden acudir a nosotros", expresó el director del Colegio de Farmacéuticos, Fernando Esper, en diálogo con LA GACETA.

Según Juárez, un joven que se quitó la vida recientemente en barrio Antena, Alderetes, era adicto a estas pastillas. "No sabemos cómo las consumen los chicos. Muchos comentan que las van a buscar directamente a las farmacias, pero esto es algo que no puede seguir sucediendo. De todas formas, los ?transas? también las venden", dijo la mujer, una referente en su barrio en la lucha contra los dealers.

Luego, añadió que los adolescentes se reúnen en las esquinas y las ingieren mezclándolas con bebidas alcohólicas o gaseosas. "Quedan muy mal, como desorientados. Ellos dicen que están ?flasheados?. Las compran por dos o tres pesos y a veces pueden amanecer tomando eso", detalló la mujer, sumamente afligida.

Fuentes policiales explicaron que las benzodiazepinas no están prohibidas por la ley 23.737. "Además, en los últimos allanamientos no detectamos estas sustancias. Siempre se hace lo posible para sacarlas de circulación de alguna forma", dijeron.

Esper agregó: "las benzodiacepinas son de venta bajo receta archivada. No se las puede dispensar sin ese requisito. Además, la receta queda en la farmacia, y el paciente no la puede utilizar nuevamente".

Además, el especialista detalló que el consumo de estas pastillas -usualmente basadas en el psicofármaco clonazepam- ha crecido de forma alarmante en el último tiempo. "Según un informe de la Anmat, la circulación de esta sustancia ha aumentado a los límites máximos establecidos por Naciones Unidas. Siempre se está trabajando para evitar esto", detalló Esper.