Violencia doméstica y educación

Violencia doméstica y educación

18 Junio 2010
Maltrato de la pareja, femenicidio, violencia contra menores de edad, acoso y violencia sexual, trata de blancas, violencia institucional, y la violencia discriminatoria contra mujeres migrantes, indígenas y afrodescendientes, son distintos rostros de la vehemencia o de la crueldad que a menudo sucede entre las personas. Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe señala que la violencia física sufrida por las mujeres va desde golpes simples hasta agresiones severas con amenazas de muerte, acompañada por una fuerte violencia psicológica y, muchas veces, también sexual.

De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas, una mujer muere cada tres días en la Argentina como consecuencia de la violencia doméstica. En la Argentina no existen registros unificados sobre casos de violencia hacia las mujeres, pero distintos organismos dan cuenta de que el número de denuncias crece año a año.

Por esa razón, parece muy positivo que en su primer mes de funcionamiento -aunque no haya sido inaugurada oficialmente-, la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia (OVD) diera a conocer un registro detallado de las 300 personas que atendió durante ese lapso, un promedio de 10 consultas por día.

De acuerdo con el informe, del total de consultas, 77 fueron sólo de carácter informativo y 47 correspondieron a episodios ocurridos fuera de su ámbito de actuación. Los otros 176 casos fueron considerados por equipos interdisciplinarios que pertenecen a otras jurisdicciones del Gran Tucumán. Las estadísticas que se está procesando puso de relieve que el 93% de las víctimas de violencia doméstica son mujeres y sólo el 7%, son varones; entre estos últimos, el 88% son niños y adolescentes. Se indica que las mujeres que tienen un nivel de instrucción de primaria conforman el grupo más afectado (44%), seguido con un 39% por el de aquellas que completaron el secundario. Las que realizaron estudios universitarios y terciarios suman un 16%. Además, el 64% de las mujeres que sufrió violencia doméstica está casada o convive con el denunciado, mientras que el 17% fue víctima de una ex pareja. En los varones, los casados constituyen el 50% de las víctimas; los solteros y los divorciados configuran el 20% cada sector, y los concubinos, el 10%.

La de Tucumán es el primer organismo del país que sigue el modelo de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, creada en 2008. Su función es asesorar a las víctimas sobre los cursos de acción posibles según el conflicto que sufren.

Según la directora del Instituto de Género de Rosario, la sociedad es la que hace al hombre agresivo y a la mujer sumisa. "A los varones se les exige ser agresivos desde chiquitos, y se funda la masculinidad en tres pilares: la agresividad, la aceleración respecto del sexo y el rol de proveedor, mientras que a las mujeres se las referencia con las tareas del hogar, de la procreación y del cuidado", afirmó.

Como se sabe, la violencia está en la esencia del ser humano y tiene que ver con la lucha por la supervivencia de todo animal. Se suele decir que es su capacidad de raciocinio la que diferencia al hombre de sus congéneres. Justamente la educación, la civilidad, la cultura van moldeando los instintos básicos. La estadística de la OVD está mostrando a simple vista que la mayor cantidad de víctimas de la violencia familiar son aquellas que tiene estudios primarios. Seguramente, es la educación el punto de partida para aprender a respetar a los otros, a los que no piensan como uno y son diferentes. Con la práctica de la tolerancia, tal vez se pueda ir construyendo en la sociedad el camino para desterrar la violencia.

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