Mortalidad y desnutrición infantil

Mortalidad y desnutrición infantil

12 Junio 2010
La desnutrición infantil es una de las hijas predilectas de la pobreza y de la miseria y en la Argentina ha fijado hace tiempo su residencia. Se la suele definir como el estado anormal del organismo causado por deficiencias de uno o múltiples elementos nutricionales; como la consecuencia de diversos factores (falta de alimentación, problemas socio-económicos, negligencia en cuidados y enfermedades). Según la Organización Mundial de la Salud, influye en más de una tercera parte en las muertes infantiles, aunque rara vez se la menciona como causa directa, indica el sitio web http://www.portalesmedicos.com/diccionario_medico/index.php.

De acuerdo con los últimos datos disponibles sobre la desnutrición infantil en la Argentina, las provincias del Noroeste y de Noreste son las más afectadas. La Unicef indicó que el 22 por ciento de la población de nuestro país se encuentra dentro de la calificación de indigentes porque no acceden a la canasta básica de alimentos. Se estima que en el mundo alrededor de 24 millones de niños nacen con bajo peso y que las madres de esos niños, por lo general, también tienen deficiencia de peso, o trabajan en exceso, o tiene poca talla debido a que en la infancia no recibieron una nutrición suficiente. Los hijos de estas mujeres corren más peligro de muerte que los niños más pesados.

Según un informe del diario mendocino Los Andes, en las provincias del Norte, 8 de cada 10 niños y adolescentes son considerados pobres porque no tienen ingresos suficientes como para cubrir sus necesidades mínimas, mientras el Centro de Estudios de Nutrición Infantil afirma que el 35% de la población no puede acceder a los alimentos básicos, aunque destine a ello el 66% de sus ingresos. Otro estudio de una entidad que colabora con la Organización Mundial de la Salud, indica que el 50% de los niños de todo el país de entre 6 meses y 2 años, padece anemia por falta de hierro, como consecuencia de la mala alimentación.

Una de las primeras luchadoras contra este flagelo fue la médica tucumana Elsa Moreno que en 1970 diseñó un plan en la provincia de Neuquén, cuya tasa de mortalidad infantil era del 107 por mil. Una de las ideas fuerza de este modelo era que cada servicio periférico de salud supiese cuántos menores de cinco años tenía que atender y cuántas embarazadas había en la zona. Y si estas no iban al CAPS se iba a buscarlas. Moreno, que en 2002 fue distinguida por la Organización Panamericana de la Salud con el título de "Heroína de la Salud Pública de las Américas", dijo tiempo atrás que el plan que ella diseñó sigue vigente. De los 110 chicos por cada mil nacidos vivos en Neuquén, el índice bajó al 10 por mil en 2002 y se había convertido una de las provincias argentinas con más baja mortalidad.

Otro gran luchador es el pediatra Abel Albino, graduado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán. y fundador en Mendoza de la Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin) que desde 1993 lucha contra la desnutrición infantil. Ayer estuvo en Tucumán presentando un libro en homenaje a Alberdi y afirmó que en la Argentina la tasa de mortalidad, que es un indicador de la desnutrición, asciende al 20 por mil, mientras que en Chile es del 7,5 por mil. "Un niño desnutrido afecta a toda la sociedad ya que la principal riqueza de un país reside en su capital humano, y si este está dañado, ese país no tiene futuro", afirmó.

Una prueba de que aún falta mucho por hacer en esta materia es que no hay una política de Estado que incluya no sólo salud, sino también educación, trabajo, vivienda digna, baños, cloacas y alimentación adecuada. Los esfuerzos aislados serán siempre insuficientes para solucionar un problema social complejo.

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