Deben dar un paso al costado

Deben dar un paso al costado

Por Carlos Díaz Lannes, abogado-dir. Centro de Estudios en democracia, justicia y seguridad.

03 Mayo 2010
Duro bautismo de fuego para el naciente CAM resultó ser la elección de su secretario. Pese a ser un concurso para cubrir un cargo de escasa proyección sobre la misión esencial del Consejo, que es la selección de jueces -sus funciones sólo son administrativas y de apoyo del cuerpo-, ha generado sanas reacciones por tratarse de la prueba piloto del funcionamiento de los concursos.
Quienes desde la sociedad civil observamos los procesos institucionales con incidencia en la Justicia debemos señalar las situaciones que pueden empañar el funcionamiento de un sistema que tanto ha costado conseguir.
Es muy preocupante que el Consejo sea cuestionado, desde sus primeros pasos, por falta de transparencia y por afectación del principio de igualdad de oportunidades para acceder a un cargo público. La importancia de este tema trasciende a los actores circunstanciales y se proyecta sobre la buena imagen institucional del órgano encargado de seleccionar a quienes impartirán justicia entre los ciudadanos y que tendrán el poder de decidir sobre sus derechos y libertades.
La transparencia es una condición esencial de los concursos para impedir el favoritismo entre electores y elegidos.
El anonimato de las pruebas -por sí solo- no asegura la transparencia: en el Consejo de la Magistratura de la Nación hubo un reciente caso en que un concursante conocía de antemano los resultados del examen que sólo los jurados podían conocer.
Tampoco es coherente que se tome una prueba manuscrita cuando el Reglamento del CAM exige como condición para inscribirse en un concurso, acreditar el manejo de una computadora personal (artículo 27, inciso "J").
Sin duda, son muchos los puntos que exigen -y exigirán- constantes reajustes en el funcionamiento del CAM. Si concursantes y jurados han violado el Reglamento, impidiendo el ejercicio del derecho de recusar a aquellos que -de algún modo- no garantizaban la igualdad de oportunidades, deberán aplicarse sanciones de máximo rigor. Por su parte y de modo preventivo, los protagonistas del escándalo deberían dar un paso al costado, con el fin de evitar profundizar el daño infligido al novel instituto, a la democracia y a la transparencia en la justicia.

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