San Expedito intercedió para agrandar su propia parroquia

San Expedito intercedió para agrandar su propia parroquia

Muchos fieles acamparon desde ayer a la siesta frente a las puertas del templo. Con las donaciones en honor al santo se hizo un edificio de tres plantas. Se mantienen dos comedores, y 250 familias carecientes.

LOS PRIMEROS. Manuel Arrescaeta junto a la carpa donde durmieron sus hijos; atrás, Alberto Gómez. LA GACETA / JOSE NUNO LOS PRIMEROS. Manuel Arrescaeta junto a la carpa donde durmieron sus hijos; atrás, Alberto Gómez. LA GACETA / JOSE NUNO
19 Abril 2010
Cada limosna, por más pequeña que sea, es tan importante como un grano de arena lo es para la playa del mar. Sólo así se explica que las monedas que cada 19 de mes retintinean en la bolsa de la ofrenda de la misa y los alimentos que donan los devotos de San Expedito, sirvan para mantener dos comedores infantiles, dar de comer a 250 familias y ayudar a varias congregaciones religiosas. Pero además el santo de las causas justas y urgentes no desatiende a los de su propia casa. Con el aporte de los fieles se construyó un edificio de tres plantas, anexo de la parroquia del Inmaculado Corazón de María. Desde allí se podrán seguir la misa por un sistema de circuito cerrado, cuando el templo supere su capacidad.

Manuel Arrescaeta quiere ser el primero en ir agradecerle al santo de las urgencias, cuya festividad anual se celebra hoy. En plena siesta armó una pequeña carpa sobre la vereda de Santiago al 800, al lado de la puerta de entrada, y luego desplegó su silla y se sentó a esperar. "Aquí dormirán mis dos hijos, Ismael, que cumple este día 11 años y Rocío, de ocho años. Ellos con mi señora vienen un poco más tarde", explicó. "Vengo todos los años para agradecer, porque San Expedito me auxilió en el momento en que yo más lo necesitaba. Hacía dos años que estaba desocupado y él me ayudó a tener mi propio negocio y a que me dieran una casa del Instituto de la Vivienda", contó con los ojos llenos de lágrimas.

Un paso más atrás, Alberto Gómez, del barrio ATEP I, aguarda en otra reposera. "A mí me habían dado 48 horas de vida. Yo no comprendía por qué mi mujer y mis hijos tenían los ojos brillosos. No me querían decir que la pancreatitis que tenía era fulminante. Pero una vecina le rezó por mí a San Expedito y es así como estoy agradeciendo, ya hace siete años seguidos", dijo emocionado.

Los fieles comienzan a ir desde un día antes para poder ver y tocar la imagen de San Expedito, que estuvo oculta durante más de 70 años en el sótano de la parroquia. Nadie sabía de qué santo se trataba, hasta que una devota lo reconoció y le dieron un lugar en el templo. Desde entonces, ellos tienen la convicción de que no deja de interceder ante Dios para ayudar a quienes lo invocan.

Filas que se enrollan

Es imposible calcular la cantidad de fieles que van a rezarle. Las filas que dan vuelta a la manzana y a veces se enrollan, durante todo el día. Desde las 6, cuando se abren las puertas hasta las 23 se ofician ocho misas. El párroco Santiago Villena calcula que hay más de 30.000 fieles sólo en las misas. "Lo más importante son las conversiones que se dan este día. Gente que hace 20 años no se confesaba vuelve a comulgar", aseguró el religioso. Orgulloso mostró el edificio que se construyó en un 70% con aportes de los devotos de San Expedito. Allí se dicta catequesis y también se participa de la misa.

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