¿Qué leen los argentinos?

¿Qué leen los argentinos?

La saga vampírica de Stephanie Meyer fue el fenómeno editorial de 2009; y Marcos Aguinis, el autor argentino de mayor venta.

18 Abril 2010
Repasando las estadísticas del mercado editorial, y distinguiendo cuales son los libros que encabezan las preferencias de los argentinos, podemos hacer un diagnóstico de la vitalidad del sector y de las tendencias de los lectores. De acuerdo a las estadísticas de la Cámara Argentina del Libro, el año pasado se editaron 20.300 títulos de los cuales se imprimieron 75 millones de copias. En 2008, la cantidad de títulos fue prácticamente idéntica pero la de copias fue 7 millones más alta. En formato digital, durante 2009, se editaron casi 1.000 títulos que tuvieron 660.000 copias.
Las historias de vampiros de Stephanie Meyer constituyeron el fenómeno editorial del año. La última novela de Isabel Allende, un ensayo político de Marcos Aguinis y la trilogía policial de Stieg Larsson superaron la barrera de los 100.000 ejemplares y ocuparon posiciones destacadas en las listas de más vendidos a lo largo del año. Pero fue Luis Majul, con la investigación periodística de El dueño, el mayor fast seller (porque batió esa marca en menos de dos meses y entró en 2010 con una extraordinaria inercia comercial). Debajo del pelotón mencionado, vienen los libros del caricaturista Nik (70.000 ejemplares) y los textos de autoayuda de Ari Paluch y de Bernardo Stamateas (50.000 cada uno). Entre las novelas argentinas, las más vendidas son las de Claudia Piñeiro (Las viudas de los jueves y Las grietas de Jara rozaron, entre las dos, los 50.000 ejemplares).
¿Y que ocurre con el mayor escritor argentino de todos los tiempos? De los dos libros más pedidos de Borges (Ficciones y El Aleph) se vendieron solamente 4.000 ejemplares.
En los Estados Unidos, por ejemplo, el libro más vendido en 2009 fue El símbolo perdido, de Dan Brown, con 5,5 millones de ejemplares. Entre los diez mayores best sellers figuraron dos thrillers de John Grisham, la autobiografía de la ex candidata a la vicepresidencia Sarah Palin, el último libro de relatos de Stephen King y el primer volumen de la nueva saga sobre alienígenas de Stephenie Meyer.
El éxito de Meyer se debe a la fascinación que generan sus historias entre las adolescentes; el de Aguinis y Majul se vincula al hastío que las políticas oficialistas han generado en una parte de la población; el de Larsson y Piñeiro refleja la vitalidad del policial negro; y el de Stamateas y Paluch responde a la vieja atracción que despiertan las fórmulas de autoayuda. Pero la suma de los ejemplares de los títulos argentinos mencionados representa poco más del 1% del total de libros impresos en nuestro país durante 2009 y, por lo tanto, no nos permite sacar conclusiones generales sobre el gusto bibliográfico argentino. Para eso debemos analizar la distribución de la producción editorial por género. Y cuando lo hacemos, constatamos que de cada 100 libros impresos en nuestro país, 20 son textos de espiritualidad y autoayuda, diez son textos infantiles, tres son libros humorísticos, otros tres son textos educativos, dos son novelas y dos son historias para adolescentes. Podríamos concluir que el mayor porcentaje de los lectores argentinos busca en los libros fórmulas rápidas para solucionar los problemas que les impone la realidad; un número no menor son niños, adolescentes y adultos que buscan escaparse momentáneamente de ella a través de historias fantásticas (como las de J. K. Rowling o las de Stephenie Meyer) o del suspenso propio de las tramas policiales; otro tanto son alumnos que buscan aprenderla y una proporción similar son lectores que buscan desacartonarla a través del humor.
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