La retracción de las exportaciones de trigo es el efecto directo de la caída de las áreas sembradas

La retracción de las exportaciones de trigo es el efecto directo de la caída de las áreas sembradas

Argentina perdió el lugar histórico de líder en la provisión del cereal al mundo, por la intervención estatal en el mercado.

FACTORES. La sequía que prevaleció en la última campaña junto con otros factores distorsivos, incidieron en la caída del precio que recibe el productor triguero. LA GACETA / ARCHIVO FACTORES. La sequía que prevaleció en la última campaña junto con otros factores distorsivos, incidieron en la caída del precio que recibe el productor triguero. LA GACETA / ARCHIVO
09 Abril 2010
En 2000, Brasil compraba el 96% de sus necesidades en la Argentina y en 2009 sólo adquirió el 59%. Históricamente, nuestro país figura entre los principales productores y exportadores de trigo del mundo. Sin embargo, en los últimos años perdió esos lugares.
Según se desprende de un informe realizado por la Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA, las exportaciones argentinas superaban los 10 millones de toneladas en 2000 y en 2005, pero luego iniciaron un período descendente, con un volumen de tan sólo 5,35 millones de t en 2009.
Esta reducción de exportaciones implicó la pérdida de mercados mundiales y un menor ingreso para el país, además de un grave desgaste en las relaciones comerciales con Brasil, el principal importador de trigo argentino.
La disminución de exportaciones es la consecuencia de una continua caída en el área sembrada debido a diversas intervenciones en el mercado, entre ellas la apertura y el cierre arbitrario del Registro de Exportaciones y las restricciones en la entrega de permisos de exportación. También incidió la sequía que prevaleció en la última campaña.

Distorsiones
Estos manejos generaron poca transparencia y confiabilidad en la Argentina como país proveedor y una prima de riesgo que provoca descuentos adicionales en las cotizaciones. Estas distorsiones provocaron que los productores argentinos vendan actualmente el trigo a un precio 40% inferior respecto del obtenido por los agricultores de países limítrofes.
Muchos problemas: Uno de los países más afectados por la caída de las exportaciones argentinas en los últimos años es Brasil, con el que tenemos beneficios arancelarios y menor costo de fletes por la cercanía.
En 2000, el 67% de las exportaciones argentinas de trigo se orientaba hacia Brasil, satisfaciendo casi la totalidad de sus necesidades de importación.
En cambio, en 2009, los envíos a la nación vecina significaron el 60% de nuestras exportaciones totales y cubrir solamente el 59% de sus necesidades de importación de trigo.
La importancia de Brasil como destinatario de las exportaciones argentinas radica en que las ventajas mencionadas anteriormente -diferencial arancelario respecto a los países extra Mercosur y menor costo de fletes- se podrían traducir en diferencias muy importantes en los precios. En la actualidad, el socio del Mercosur podría pagar alrededor de U$S 45 más por tonelada que si se exportara el trigo al norte de Africa.
Históricamente, las exportaciones de trigo Argentino comenzaban a registrarse desde dos o tres meses antes de la cosecha nueva hasta el inicio de la próxima. Es decir, se registraban ventas durante más de un año, manteniendo activa a la exportación durante todo ese lapso de tiempo. De esta manera se generaba una sana competencia con la molinería y se formaban precios sin descuentos para los productores.
Durante este funcionamiento del mercado nunca faltó trigo para el consumo interno. Sin embargo, en los últimos años, distintos mecanismos intervencionistas en ese mercado determinaron cierres y aperturas en las exportaciones que distorsionaron las cotizaciones. El primer cierre de exportación de trigo se dio en la campaña 2006/07, durante la cual se registraron muchas toneladas en precosecha. Esto sucedió, entre otras cosas, porque los principales productores de trigo del mundo habían sufrido una importante sequía y el producto argentino era muy requerido por los importadores mundiales, que ofrecían buenos precios.
Durante el ciclo 2007/08, continuaron los problemas productivos en algunos países exportadores competidores, mientras que en la Argentina seguían cerradas las exportaciones. Cuando se abrió el Registro, en sólo dos semanas se anotaron más de 7 millones de toneladas, luego de lo cual las retenciones aumentaron y se cerró nuevamente el Registro por un lapso de 10 meses.
En la actualidad, y desde la campaña 2008/09, funciona el sistema de ROE Verde (Registro de Operación de Exportación). Estos permisos son asignados tardíamente, en general, una vez que la producción ya está definida. Así, se genera menor volumen de operaciones forward y, por ende, menor posibilidad de cobertura para los productores, mayor descuento y menor previsibilidad en el negocio.
 Este manejo del mercado ha generado que los productores argentinos estén vendiendo actualmente su trigo al 60% del precio internacional, habiendo llegado este valor al mínimo de 40% en mayo de 2008.
Las mayores diferencias se produjeron en los momentos en los que hubo cierre de Registros de Exportación y subas fuertes de los precios internacionales. De esta manera, las diferencias no pudieron ser captadas por la Argentina que, además, perdió importantes oportunidades de mercado.

Precios
El precio FOB teórico menos el FOB oficial es el precio del trigo argentino puesto en un buque en Buenos Aires. Este valor se calcula a partir de la cotización internacional. Ee el precio recibido efectivamente por el productor en el puerto. La diferencia está constituida por las retenciones por descuentos aplicados por los operadores por la escasa transparencia del mercado argentino y por otros castigos asociados al riesgo país.

Síntesis
La intervención oficial en el mercado de trigo y problemas climáticos han provocado una reducción de la producción y de las exportaciones del cereal, y una pérdida de ingresos para los agricultores y para el país. También se generaron fuertes caídas en los precios recibidos por los productores, sin conseguir que se mantuvieran estables los precios de los productos derivados del cereal que demandan los consumidores.

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