Cientos de paraguas siguieron al Nazareno

Salió lenta y solemnemente desde la parroquia del Corazón de María y regresó a pasos apurados y con las imágenes cubiertas con plástico. Aún así, la tormenta de anoche no logró detener el fervor de los fieles, que salieron con velas encendidas desde el templo y regresaron con los zapatos en la mano. Nadie recuerda que la procesión de "Los Pasos del Señor" se hubiera suspendido alguna vez.

Cinco cuadras de paraguas de todos colores se extendieron por calle Santiago del Estero al 800, donde se encuentra el templo, y doblaron por la avenida Salta hasta la Sarmiento. Desde allí siguió la procesión por calle 25 de Mayo hasta regresar nuevamente a la parroquia.

Sentada en la vereda de la avenida Salta, sobre una silla de plástico blanca, María Lastenia González seguía la procesión con la mirada, santiguándose al paso de cada imagen. "No puedo caminar, me duele mucho la pierna desde que tuve un serio problema circulatorio. Pero no puedo dejar de venir a agradecerle al Señor por mi salud, porque a pesar de mi enfermedad estoy aquí", dijo emocionada, junto a un par de amigas que la acompañaban. María Lastenia vive en Villa Urquiza y se vino en auto cargando su silla para presenciar la procesión.

El Via Crucis de "Los Pasos del Señor" es la procesión más antigua de Tucumán, que se remonta a la llegada de los primeros inmigrantes españoles, tras la Primera Guerra Mundial. Hasta hace unas décadas algunos promesantes caminaban con una capucha, como se acostumbraba en España. Esta tradición se ha perdido, pero todavía se siguen sacando en procesión las cinco imágenes que son de esa época: El Nazareno, presidiendo el acto de fe, La Piedad, El Calvario, El Santo Sepulcro y La Dolorosa, al final. "Los devotos de cada imagen prefieren caminar cerca de ella, por eso es que en algunos tramos la procesión es más numerosa que en otros", cuenta Beatriz, apenada porque ya con sus 83 años y con la sola compañía de su bastón, no puede seguir de cerca la caja de cristal de El Santo Sepulcro.