"La 12" conquistó el duelo por goleada

"La 12" conquistó el duelo por goleada

La hinchada de Boca desplegó toda su artillería y gozó con el resultado.

IMPRESIONANTE. Los papelitos de colores amarillo y azul dejaron al campo como tapizado con lentejuelas. La fiesta fue total, dentro y fuera de la cancha. IMPRESIONANTE. Los papelitos de colores amarillo y azul dejaron al campo como tapizado con lentejuelas. La fiesta fue total, dentro y fuera de la cancha.
26 Marzo 2010
BUENOS AIRES.- La victoria de Boca empezó a construirse desde las tribunas, donde sus simpatizantes desplegaron toda la artillería para recibir al eterno rival, esta vez disminuido, tanto dentro como fuera del terreno de La Bombonera.
Desde temprano, los hinchas auriazules presagiaban con sus cánticos un triunfo sobre el eterno rival, que luego se cristalizó con los dos goles del chileno Gary Medel, ya consagrado como nuevo ídolo.
Como hace cuatro días -los que hubo que esperar para que continuara el superclásico-, otra vez los papeles y serpentinas taparon la cancha y el partido empezó con casi un cuarto de hora de atraso.
Fueron 14 minutos los que tardó el personal de limpieza en sacar los papeles mayoritariamente amarillos y azules, y las serpentinas. Igualmente, los auxiliares priorizaron las áreas y líneas, porque el medio de la cancha parecía tapizado con lentejuelas.
La fiesta siguió cuando apareció Diego Maradona en su palco, después de varios meses de ausencia por su entredicho con Juan Román Riquelme.
Sin embargo, la gente no tomó partido, ovacionó a los dos y solamente le metió algo de presión al entrenador cuando pidió "¡Para Riquelme la selección...!"
Los hinchas boquenses querían algo más de este clásico: que Palermo rompiera el récord de goles con la camiseta "xeneize". Esta vez el "Titán" fue el más aplaudido, aún más que Román. Y si de aplausos se trata, "La 12" no se olvida de Oscar Ahumada, por aquella declaración que le costó más de un dolor de cabeza un año atrás, cuando comparó la fogosidad de la barra "xeneize" con la supuesta frialdad de la de River. "Gracias Ahumada por tu sinceridad", fue la bandera que volvió a aparecer en la tribuna boquense. Por si faltaba algo, fue al único de la visita que aplaudió la hinchada local cuando la "voz del estadio" dio las formaciones.
El juego transcurrió y, cuando el choque parecía diluirse en medio de las limitaciones de los dos, Riquelme metió un tiro libre al corazón del área, Medel puso el pie derecho y desató el primer estallido.
Luego, un tiro libre de Gallardo, que amenazaba con convertir por tercer superclásico consecutivo, puso en vilo a las dos tribunas, pero otra vez festejaron los locales porque la pelota salió lejos.
El otro estallido del público de Boca llegó con el golazo de Medel, el segundo, que prácticamente selló el duelo, mientras que en la tribuna de enfrente apenas se agitaban algunas banderas.
Durante la última media hora la gente de Boca cantó y cantó, como en las viejas épocas de gloria, cuando ganar títulos y clásicos era una cuestión cotidiana.
Y llegó el final, pero no hacía falta el pitazo de Héctor Baldassi: el público de Boca sabía que podía festejar de antemano, como lo hizo en La Bombonera cuando volvió a salir el sol. (NA-DyN)

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