La ovación a Diego cicatrizó las heridas

La ovación a Diego cicatrizó las heridas

VUELTA A CASA. Maradona regresó después de un año a su palco. Lo acompañaron su hija Dalma y Mancuso. VUELTA A CASA. Maradona regresó después de un año a su palco. Lo acompañaron su hija Dalma y Mancuso.
26 Marzo 2010
La presencia de Diego Maradona estaba en duda, pero el técnico de la Selección argentina se encargó de disipar todas las conjeturas que se habían generado cuando apareció en La Bombonera. "Desde que pasó lo que pasó con Riquelme no voy a la cancha de Boca. Tampoco Dalmita, pero esta vez voy con ella. A mí me gustó estar siempre en las malas", había afirmado Diego.
Como no podía ser de otra manera, la presencia de Maradona generó innumerables reacciones. Alejandro Mancuso y Dalma fueron los acompañantes del astro, que volvió a su palco después de poco más de un año. Obviamente, Diego no pasó inadvertido y se robó varios minutos de cámara.
 Cuando Boca salió a la cancha, y mientras los empleados de maestranza limpiaban de papelitos el campo, la parcialidad de Boca empezó a cantar: "borombonbom, boronbombon, para Riquelme la Selección". El jugador soló trotaba alrededor de la cancha mostrando una sonrisa de oreja a oreja. ¿Volverían los reproches a Maradona y se enrarecería el ambiente? Nada de eso. "La 12" también ovacionó a Maradona hubo sonrisas de alivio. Fue un momento incómodo, pero entendible, ya que los dos son ídolos de la institución.
Al finalizar el encuentro, Maradona se retiró visiblemente feliz por la victoria del "xeneize" y dejó algunos conceptos. "Si Medel fuera argentino ya estaría convocado para la Selección. Jugó un gran partido, pero el que la rompió fue Riquelme", comentó Diego, fiel a su costumbre de tirar títulos a los diarios. Sobre el partido en sí destacó: "fue un encuentro entretenido, un lindo clásico, que Boca ganó muy bien".
Sin ser Moisés, que dividió las aguas del Mar Rojo para que pasaran los israelitas, con su sola presencia Maradona generó -salvando la distancia- lo mismo en La Bombonera. No porque él lo haya querido hacer, pero al ser un referente de los "xeneizes" era previsible que sucediera. Los hinchas de River prácticamente lo ignoraron.
Lo raro era ver a Maradona en su palco sin desgargantarse gritando los goles "xeneizes". Claro está que fue una postura "políticamente correcta", ya que por el cargo que ocupa no corresponde que lo haga. En ese sentido, el ex capitán de la Selección fue muy ubicado. Supo contenerse.
Después de 389 días, Diego Maradona volvió a La Bombonera y Boca ganó nuevamente. El hijo pródigo retornó, y lo hizo con un mensaje de muy buena suerte.

Comentarios