Por Mirta Isabel Lazzaroni
08 Marzo 2010
Ha pasado un siglo y, sin embargo, una vez más surge el debate sobre si corresponde que se haya instituido un día dedicado a la mujer. Las dudas se disipan cuando se leen o escuchan las noticias. Encuestas, estudios, propuestas, reflexiones históricas o sociológicas dan cuenta de que la conmemoración funciona eficazmente como pretexto para sacar a luz y poner en debate las desigualdades que permanecen aún entre el mundo femenino y el masculino. Si bien la fecha elegida retrotrae a las luchas obreras del siglo XIX, la conmemoración abarca hoy a todo el universo de la mujer, incluido el doméstico, ese al que todavía continúa atada, aunque algunas (muy pocas) ya viajaron al espacio. Los planteos, asimismo, han ido perdiendo la impronta confrontativa de los primeros años del feminismo. Los objetivos pasan, ahora, por lograr la complementación con los varones que lleve a una sociedad verdaderamente democrática. Pese a que mucho se ha avanzado en estos 100 años, las demandas se hacen más enérgicas y exigentes. Quizás, porque la mujer va dejando de sentirse una víctima del machismo y se hace cargo del ejercicio pleno de sus derechos.
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