El dique fue un hervidero de agobiados bañistas

El dique fue un hervidero de agobiados bañistas

Con el objetivo de escapar del intenso calor de la ciudad, unas 6.000 personas viajaron hasta El Cadillal buscando un poco de alivio. Galería de imágenes.

FILA INTERMINABLE. Los conductores debieron detenerse en la entrada de El Cadillal para pasar los controles. FILA INTERMINABLE. Los conductores debieron detenerse en la entrada de El Cadillal para pasar los controles.
08 Febrero 2010
Las rocas que obstaculizaban las orillas del dique hervían. El agua invitaba a refrescarse. Con ese panorama se encontraron ayer las más de 6.000 personas que decidieron pasar la tarde en El Cadillal.

Jinetes del asfalto, peregrinos sobre ruedas, trotamundos de hazañas quijotescas. Los tres camioneros que cruzaron el país de punta a punta escuchan con orgullo cómo los califica el cronista de LA GACETA. Recostados en la arcillosa playa del dique El Cadillal, los transportistas se broncean bajo el sol, entre una acalorada multitud de 6.000 personas, lejos de aquel vehículo con acoplado que suele ser su morada.

"Conocemos lugares de ensueño. Nuestro trabajo lo amerita. Oímos rumores de que en Tucumán existía un verdadero oasis. No nos conformamos con el cuento y decidimos comprobarlo en persona", explica Víctor Figuerosa, de San Luis. Detrás de sus gafas negras se puede percibir la satisfacción de quien verifica un chisme de ruta: El Cadillal es un vergel de frescura.

Roberto Cabrera, que viaja con su hijo Jeremías, defiende los postulados de su colega. "Hay morochas muy lindas. El lema del camionero reza ’despejarnos es una cuestión capital’. Descubrimos que emanamos una energía especial en este lugar; nos sentimos realmente bien", asevera el conductor santafecino.

El cordobés Hugo Priano completa el trío de mosqueteros rodantes. La serenidad de su rostro refleja la tranquilidad de la tregua entre su camión y el asfalto. "Tomamos vinitos añejos y gaseosas frente al espejo de agua. La tarde la vivimos entre camaradas, como debe ser", dice, y Jeremías, aprovechando el descuido de los verborrágicos camioneros, los rocía con la espuma en aerosol que acaba de comprar.

A metros del lago, el bar La Isla es la guarida de los insolados. Amparadas por la sombra, cientos de personas se amontonan para oír música y participar de las variadas ofertas deportivas que hay en el lugar. "Podés jugar al voley, al ping pong o al fútbol tenis, o deslizarte por los plásticos patinadores que ubicamos en las lomas. También damos clases de natación y gimnasia", afirma Eduardo Isoletta, coordinador general de las actividades que realiza allí el Ente Tucumán Turismo.

Es un domingo abrasador en el camping Las Moreras, en El Cadillal, y sólo corre un poco de aire fresco bajo los frondosos algarrobos. El barranco cae suave hacia el río marrón, el pasto fresco acaricia los pies descalzos y el arrullo del río y de las risas divertidas, a lo lejos, no tiene parangón. Los grupos de familias amenizan la tarde tomando mate en torno a las mesas mientras vigilan a los más chicos que entran y salen del agua.

En el río y en familia

"No veo a mi papá durante toda la semana porque trabaja en el sur de la Provincia. A pesar de que mis amigos y mis compañeros del colegio se fueron al dique, yo prefiero quedarme con mi familia, mis tíos y mis primos disfrutando el camping y del río", explica Rodrigo Minichillo, de 14 años.

Angel Minichillo, tío de Rodrigo, acaba de salir del agua con su mujer, Mariana, y su pequeño hijo, Mariano, de cuatro meses. "Hay gente que prefiere quedarse bajo el aire acondicionado, en la ciudad, pero, para compartir en familia, el río no tiene comparación. Todos los domingos del verano podemos distendernos ocho horas y compartir con mi mujer, mi hermano, su mujer y mis tres sobrinos", comenta. "¿Te acordás cuando vino la Bomba Tucumana?", interrumpe Rodrigo, "¡Fue una revolución!", agrega. Todos ríen. "Son esas sorpresas que te llevás cuando estás tranquilo y sin preocupaciones, cuando te podés detener para ver que hay alrededor", reflexiona Rodrigo y dice que extrañará el río cuando venga el invierno.

Controles

Debido a la gran cantidad de personas que llegó a El Cadillal, la Policía realizó distintos tipos de operativos, entre ellos, controles de alcoholemia a los automovilistas y a los motociclistas.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios