Un ídolo con su propia música

Un ídolo con su propia música

Violeta Hemsy de Gainza - Pedagoga musical.

06 Enero 2010

La muerte de Sandro nos entristece a todos los latinoamericanos. No podemos asistir sin conmovernos profundamente al final, digno y bien humorado, de una vida signada por la música, "la bendita música" como bien la nombra y la canta un emocionado Joan Manuel Serrat.
Porque todos tenemos música en nuestro interior, la música que hemos guardado amorosamente desde mucho tiempo antes de nacer. Porque todos necesitamos y buscamos esa energía primordial, ese alimento único, esa caricia que nos llega suavemente a través de los oídos.
Porque cada ser humano busca su propia música hasta que la encuentra... Sandro siempre supo que lo suyo era la música, el cuerpo, las palabras; y lo que hizo a lo largo de su carrera fue compartir con su público el goce, el juego, la magia, la exaltación que el hacer y expresar su propia música le producían.
Los educadores musicales sabemos que la música no tiene fronteras y que el verdadero artista sabe cómo enviar certeramente la flecha. Que el músico, el guerrero de los sonidos, descanse finalmente en paz.

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