"Gracias a María vendrá la salvación y la vida para nosotros", dijo Villalba

"Gracias a María vendrá la salvación y la vida para nosotros", dijo Villalba

El arzobispo exhortó a los fieles a aprender la humildad de la Virgen.

09 Diciembre 2009
Imitar la humildad y sencillez de María, la Madre de Dios. A adoptar esta actitud invitó a los fieles el arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, en su homilía de ayer en el templo de Nuestra Señora del Valle, de La Reducción. "Aprendamos de la Virgen a ser humildes, a  saber que lo que tenemos de don es por la gracia de Dios", recomendó. El religioso pidió que se deje de lado la soberbia, que conduce al pecado. "El hombre muy fácilmente se pone en un pedestal y se cree que es Dios y que es todopoderoso", advirtió.
"Desde el primer instante de su vida, María fue  concebida sin pecado (?); en razón de que iba a ser la madre de Jesús, El Salvador, Dios le dio esta gracia", comenzó diciendo, al explicar el significado de la Inmaculada Concepción de la Virgen.
Luego, refiriéndose a la lectura del Génesis, habló sobre el origen del pecado. "Dios nos había creado para vivir en su amistad, pero el hombre peca, desobedece a Dios, lo rechaza y a partir de ahí viene su desgracia. El hombre alejado de Dios es una pobre criatura sin rumbo, sin sentido. Dios es la vida y si se separa de El, entra en la muerte, en la oscuridad, el miedo y el temor. Y hay otra consecuencia", agrega. "Cuando el hombre rompe con Dios, rompe también con su hermano. Por eso, cuando acaba de pecar, Adán acusa a Eva. Comienza la separación, la división. Después Caín mata a su hermano Abel. El mundo creado por Dios está hecho para que vivamos el amor fraterno y no para que se convierta en un campo de batalla. Esta es la desgracia que produce el pecado", explicó el prelado.
"Pero desde el primer instante, Dios no abandona al hombre, sino que en el momento en que este peca, le promete la salvación. Pondré  enemistad entre ti y la mujer, le dice al demonio (?). Desde el comienzo Dios anuncia para un futuro que a través de una mujer, de María, vendrá la salvación", remarcó el arzobispo. "Por eso esta fiesta es hermosa. Gracias a María vendrá la salvación y la vida para nosotros", agregó con alegría. "El primer pecado nos separa de Dios y separa a los hombres entre sí, y la gracia nos vuelve a unir con Dios y nos une con nuestros hermanos; este es el mensaje de la fiesta de hoy", finalizó.


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