29 Octubre 2009
CORDOBA.- La tercera jornada de audiencia contra el militar retirado Luciano Benjamín Menéndez, comenzó ayer con el testimonio de Armando Albareda, hermano del desaparecido subcomisario y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), Ricardo Fermín Albareda, ocurrido el 25 de septiembre de 1979.
"Mi madre tenía una salud delicada y las últimas energías las gastó en buscar a mi hermano porque nunca admitió que podía estar muerto", relató ante el Tribunal Oral Federal 2, Armando, quien, al igual que su hermano, se desempeñaba en la Dirección de Comunicaciones de la Policía. Añadió que desconocía de la militancia política de su hermano, aunque sí dijo que sabía de cierta ideología y que en algunas oportunidades manifestaba su descontento con las políticas de la gestión militar que gobernaba el país en ese momento.
Destacó que su hermano mayor "era como un padre para mí porque se encargó y se preocupó para que yo creciera debidamente. Fue muy grande el daño que me causó su desaparición", añadió.
Los restantes testimonios fueron de Susana Montoya de Albareda y Ernesto Albareda, esposa y otro hermano de la víctima. Albareda fue secuestrado, torturado y asesinado en el centro clandestino de detención del Departamento de Informaciones Policiales, ubicado en el embudo del dique del Lago San Roque en la ciudad turística de Villa Carlos Paz. Por el hecho están imputados Menéndez; el coronel (re) y entonces jefe de la policía cordobesa, Rodolfo Campos; y los comisarios (re), Armando Cejas y Hugo Britos. (Télam)
"Mi madre tenía una salud delicada y las últimas energías las gastó en buscar a mi hermano porque nunca admitió que podía estar muerto", relató ante el Tribunal Oral Federal 2, Armando, quien, al igual que su hermano, se desempeñaba en la Dirección de Comunicaciones de la Policía. Añadió que desconocía de la militancia política de su hermano, aunque sí dijo que sabía de cierta ideología y que en algunas oportunidades manifestaba su descontento con las políticas de la gestión militar que gobernaba el país en ese momento.
Destacó que su hermano mayor "era como un padre para mí porque se encargó y se preocupó para que yo creciera debidamente. Fue muy grande el daño que me causó su desaparición", añadió.
Los restantes testimonios fueron de Susana Montoya de Albareda y Ernesto Albareda, esposa y otro hermano de la víctima. Albareda fue secuestrado, torturado y asesinado en el centro clandestino de detención del Departamento de Informaciones Policiales, ubicado en el embudo del dique del Lago San Roque en la ciudad turística de Villa Carlos Paz. Por el hecho están imputados Menéndez; el coronel (re) y entonces jefe de la policía cordobesa, Rodolfo Campos; y los comisarios (re), Armando Cejas y Hugo Britos. (Télam)
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