28 Octubre 2009
EN LA MADRUGADA. Las llamas se elevaron decenas de metros sobre la pila de residuos. El impresionante espectáculo asustó a los vecinos de las localidades próximas. Tres dotaciones de bomberos trataban de apagarlo. LA GACETA / FOTOS DE HECTOR PERALTA
De pronto, el cielo se volvió rojo. Las llamas se elevaban más de 100 metros sobre la montaña de basura, en una escena sobrecogedora. Daba la impresión de que el infierno se había trasladado a Pacará Pintado. El humo cubría varios kilómetros a la redonda. Los vecinos estaban aterrorizados. Todo pasó en la zona de San Andrés, en uno de los principales accesos a la capital por la ruta 9.
El siniestro se desencadenó poco después de las 20.30 y se preveía que hasta la mañana de hoy no iba a ser controlado. Según Mario Criado, gerente de la empresa Servicios y Construcciones La Banda, que explota la planta de tratamientos de residuos, se trató de un atentado. "Un camión, que todavía no pudimos identificar, entró con basura que contenía brasas encendidas. Eso provocó el incendio. Esto representa pérdidas millonarias para la empresa, pero por suerte no hubo víctimas ni habrá daño ambiental", aseguró el empresario.
Tres dotaciones de bomberos combatían el fuego, que tomó lo que se conoce como celda 7, una inmensa montaña de basura de 150 metros de largo por 80 metros de ancho, de la que se extrae gas metano.
Pablo Páez vive a 150 metros de la planta. "El aire era irrespirable. El olor era espantoso. No tenemos miedo al fuego, sino a morir asfixiados", dijo preocupado el hombre. Desde su casa se veía cómo se alzaban las llamas hacia el cielo. La noche se había encendido.
El siniestro se desencadenó poco después de las 20.30 y se preveía que hasta la mañana de hoy no iba a ser controlado. Según Mario Criado, gerente de la empresa Servicios y Construcciones La Banda, que explota la planta de tratamientos de residuos, se trató de un atentado. "Un camión, que todavía no pudimos identificar, entró con basura que contenía brasas encendidas. Eso provocó el incendio. Esto representa pérdidas millonarias para la empresa, pero por suerte no hubo víctimas ni habrá daño ambiental", aseguró el empresario.
Tres dotaciones de bomberos combatían el fuego, que tomó lo que se conoce como celda 7, una inmensa montaña de basura de 150 metros de largo por 80 metros de ancho, de la que se extrae gas metano.
Pablo Páez vive a 150 metros de la planta. "El aire era irrespirable. El olor era espantoso. No tenemos miedo al fuego, sino a morir asfixiados", dijo preocupado el hombre. Desde su casa se veía cómo se alzaban las llamas hacia el cielo. La noche se había encendido.
Lo más popular