Pocos pueden perdonar una infidelidad

Pocos pueden perdonar una infidelidad

En general, la mayoría admite que un engaño rompe o modifica la relación, y sin embargo, pareciera que es muy difícil resistir la tentación. Una señora de 66 años sostiene que las traiciones amorosas han sido una constante en la historia humana. Respeto y diálogo. Video

LA GACETA LA GACETA
07 Septiembre 2009
El boliche. Las luces. Las risas. Un vaso de fernet con cola que circula de mano en mano. Entre los cuerpos que se contornean hay un roce, primero sutil, después descarado. Y el mundo conocido desaparece con un beso. La mayoría de los hombres y mujeres sucumbió alguna vez a las mieles de la seducción de alguien que no era ni su marido ni su novio. Lo llamativo es que el 49% de estos infieles confesos -según una encuesta de LA GACETA.com- no se arrepiente de lo que hizo. Y no sólo eso: casi en el mismo porcentaje los que engañaron admiten que si ellos fueran los engañados, jamás perdonarían a su pareja.

- ¿Disculparías una infidelidad?

- No, porque me parece que si amás a una persona la tenés que respetar, afirma Cecilia, de 21 años.

- ¿Fuiste infiel alguna vez?

- Sí. Dije la verdad y me perdonaron. Hace cinco años que estoy de novia, admite la joven promotora.
Ante las mismas preguntas Marcelo, de 23 años, reafirma el resultado del sondeo. "No podría perdonar; si una pareja está comprometida no puede haber infidelidad", responde muy serio. "¿Y yo? Bueno, sí. Lo hice, pero no estaba en mis cabales y no medía mis acciones", se defiende. "Era una noche que andaba de parranda. Una cosa llevó a la otra. Después mi novia se enteró y yo se lo confesé todo. No me perdonó", revela agachando la cabeza.
La infracción al sexto mandamiento ("no desearás la mujer de tu prójimo") no tiene que ver con la edad ni con el sexo ni con las épocas. Juan Carlos, de 73 años, piensa que una pareja no debe engañarse "porque declaró ante el altar que sería fiel el uno al otro". No obstante, reconoce: "la infidelidad es moneda corriente. Antes éramos los hombres los que engañábamos, pero ahora me parece que son las mujeres", comenta. Juan Carlos es separado y no volvió a casarse. "En mis tiempos, el que no encontraba lo que quería en la casa salía a buscarlo afuera. Ahora hay demasiadas oportunidades: en la calle, en el trabajo, en todos lados. A veces, la cosa no queda en una infidelidad sino que se llegan a enamorar", observa.
Sorprende el testimonio de Rosa, de 66 años, mucho más liberal que Juan Carlos. "La infidelidad existe desde hace siglos", afirma casi con indiferencia. "Se da naturalmente, quizás porque la pareja monogámica es una hipocresía. Se es infiel aunque sea con el pensamiento", dispara la señora, en total sintonía con los más jóvenes.
Verónica, de 26 años, sostiene: "somos infieles por el ritmo de vida que llevamos y por la falta de comunicación. Algunos son infieles por naturaleza; no pueden decir que no". Cecilia considera que el escenario más frecuente de la infidelidad es el boliche. "Te sacan a bailar y ahí una cosa lleva a la otra, después viene un beso ...", grafica. Sin embargo, según los testimonios, la mayoría de las relaciones informales queda en la nada. "Es sólo una noche. Son raros los hombres que quieren tener algo más allá", concluye Cecilia. Marcelo lo cuenta en primera persona, como engañador: "después de esa noche volvimos a vernos, pero la cosa no funcionó. Y seguimos caminos diferentes". Verónica lo dice desde el lado opuesto: "lo descubrí y no lo perdoné. El negó todo, pero quizás era el momento justo para terminar la relación".


Habla una especialista
 
1- ¿Se puede hablar de un culpable?
La médica sexóloga Amelia del Sueldo Padilla afirma que en materia de infidelidades no hay culpables sino responsables y aconseja observar qué pasa con el diálogo entre esa pareja.
 
2- ¿Por qué engañan las mujeres?
No hay un solo factor. Muchas veces las mujeres necesitan ser miradas, sentirse aceptadas y deseadas por su pareja y no lo consiguen. O puede ser un momento de indecisión.
 
3- ¿Flirtear es una infidelidad?
No necesariamente. El flirteo responde a una capacidad mayor o menor de seducción, a la necesidad de sentirse confirmado o a la inmadurez. No es infidelidad salvo que así lo considere la pareja.
 
4- ¿Es una necesidad? ¿Se puede evitar?
En primer lugar hay que pensar a quiénes somos infieles, y si estamos siendo fieles con nosotros mismos. A partir de esa reflexión, podemos decidir nuestro comportamiento.
 
5- La infidelidad femenina está menos aceptada, ¿por qué?
Esto forma parte de una cultura machista. Socialmente se le permitía al hombre tener amantes. Ahora se están igualando las cosas entre hombres y mujeres.

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