"En 1816, el vecino se convierte en ciudadano"

"En 1816, el vecino se convierte en ciudadano"

A siete años del bicentenario de la Declaración de la Independencia y apenas uno del de la Revolución de Mayo, historiadores señalan que ambos episodios son parte de un proceso de incorporación de nuevos actores políticos.

09 Julio 2009
Para entender qué pasó el 9 de julio de 1816 en Tucumán, hay que interpretar ese momento histórico como "el corte del cordón umbilical con España", en el contexto del proceso revolucionario de Mayo de 1810.  Y hay que observar, también, que dos claves de esa etapa son la militarización y la incorporación de nuevos actores a la participación política, según afirma Cristina López, investigadora del Conicet y docente de historia del Siglo XIX en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT.

-¿Cómo era Tucumán en 1816?
- La sociedad de 1816 es prácticamente la misma que la que venía transitando las últimas décadas del período colonial. La ciudad de Tucumán estaba muy bien ubicada en el camino que unía Potosí con Buenos Aires. Y esa ubicación privilegiada, jalonando el camino del comercio, significaba, básicamente, que tanto la producción como las actividades económicas de esa sociedad estaban vinculadas comercialmente tanto en Buenos Aires como con el Alto Perú. Hay que tener en cuenta cómo estaba constituida esa población, y qué rol iba a jugar en ese proceso que se inicia en Buenos Aires. Sin embargo, aunque ese proceso viene impuesto desde Buenos Aires, Tucumán va a tener una identificación revolucionaria muy temprana, y para eso hay que analizar algunas cuestiones: la primera es que Tucumán, entre 1811 y 1819, cuando se retira, va a ser asiento del Ejército Auxiliar del Perú. Eso es clave para entender la actitud de los tucumanos. Y si volvemos a la colonia, los vecinos principales estaban dedicados fundamentalmente a las actividades comerciales, un comercio que en las últimas décadas del siglo XVIII había tomado un cariz muy particular, porque con las reformas borbónicas se produce la apertura mercantil, con nuevos puertos en la América hispana y con la legalización del puerto de Buenos Aires. Junto con eso, la creación del Virreinato del Río de la Plata, y la ciudad de Buenos Aires como su cabecera. Muchos españoles vinculados al comercio se radican en la zona, y a fines del siglo XVIII se produce una confluencia con la elite criolla, que ya tenía dos siglos, por antigüedad de linaje, de presencia en el territorio, y que eran estancieros y carreteros. Esa es la elite que va a enfrentar la Revolución. Esas redes familiares le van a dar un nuevo rumbo a todas las actividades económicas, ya que van a estar habilitando con su dinero la producción que tienen su parientes: de suelas, de carretas, de curtiembres. De esta alianza surge una mejor posición de Tucuman, que se va convertir en redistribuidora de todo lo que ingresa por Buenos Aires, y en vendedora de todo lo que produce su región.

-Parece imposible analizar 1816 sin pensar en la Revolución de Mayo...
- La revolución de Mayo de 1810 surge ante al necesidad de legitimar un nuevo orden político, tras la caída del monarca en España. Y desde Buenos Aires, esa revolución se traslada al interior. Y lo hace con el Ejército, porque para ganar hay que vencer a los realistas. Hasta ese momento, se supone que la soberanía había estado depositada en el rey. Entonces se plantea la cuestion de la soberanía. Hasta 1816 no está clara la relación con España.

- Y 1816 es el corte...
- Es el corte del cordón umbilical con España. Y hay que ver porqué en Buenos Aires se encara el movimiento juntista.: la experiencia de las Invasiones Inglesas, en 1806, 1807, había generado una experiencia de armar a la población en defensa de la ciudad. Esos serían los antecedentes del proceso de militarización.

-¿Hay nuevas miradas sobre esa etapa de la historia argentina?
-Hace mucho tiempo que varios historiadores, entre ellos Ramón Leoni Pinto, ya planteaban que era imposible hablar de una Nación antes de 1810. Inmediatamente después de producida la Revolución se empieza a construir la Nación, y se empieza a definir el territorio sobre el cual se va a constituir esa Nación. Lo que queda claro es que es un  proceso de construcción, atravesado por  una militarización que les va dar protagonismo a ciertos sectores sociales que hasta ese momento no lo tenían.  Lo que se está tratando de ver ahora es cómo ha sido esa participación de la plebe, que antes se consideraba de sumisión, ya que iban siguiendo a los jefes militares que los convocaban. Pero lo que la historiografía está analizando ahora es que esa plebe, que ya tenía prácticas de negociación permanente con los grupos de poder, no era tan sumisa. Y que había lealtad y patriotismo, pero también había necesidades básicas, como el salario, o el botín, que la llevaban a participar militarmente. Pero lo más importante que está destacando la historiografía es que esa plebe empieza a tener una participación política, porque de alguna manera su inserción en la escena pública genera la posibilidad de las asambleas militares, de los votos plebiscitarios. Pero no es es el voto de urna. El voto era cantado, plebiscitario y censitario. Si bien para imponer un  jefe militar como gobernador de una provincia se podía acudir al ejercito, y en asamblea militar decidir que ese jefe iba a asumir el gobierno, en la práctica lo que se trata de implementar era el voto de los vecinos que se convierten en ciudadanos. Los vecinos del período colonial  pasan a ser los ciudadanos del período revolucionario.

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