Reclutas para el Paraguay

Reclutas para el Paraguay

El coronel José Segundo Roca estuvo a cargo de esa tarea. Por Carlos Páez de la Torre (h) - Redacción LA GACETA.

JOSE SEGUNDO ROCA. Busto del distinguido militar tucumano, en el mausoleo familiar existente en el cementerio de la Recoleta. JOSE SEGUNDO ROCA. Busto del distinguido militar tucumano, en el mausoleo familiar existente en el cementerio de la Recoleta.
12 Junio 2009
En 1865, con motivo de la Guerra del Paraguay, empezó en las provincias argentinas una febril tarea de reclutamiento. Aunque tenía 65 años por entonces, el coronel José Segundo Roca (1800-1866), padre del presidente, se ofreció de inmediato para colaborar en la tarea. Los contingentes provincianos debían concentrarse en Rosario, para desde allí ser trasladados a Rincón de Soto, sobre el Paraná, o a Concordia, donde se congregaban las tropas argentinas, uruguayas y brasileras que constituirían el Ejército de Vanguardia.
El coronel Roca viajó a Catamarca. No fue mucha la cantidad de hombres que consiguió y además, cuando los llevaba a Tucumán, varios fueron heridos por una partida de montoneros.
Pero en nuestra provincia la recluta fue exitosa. La historiadora Aurora Mónica Sánchez informa que se logró reunir aquí un contingente de 500 hombres, más otros 150 para los cuerpos de línea.
El gobernador de la Provincia, José Posse, consultó sobre la forma de trasladar ese grupo al vicepresidente de la Nación, coronel-doctor Marcos Paz, también tucumano y veterano de las guerras de la organización.
Con "la rudeza que las circunstancias extremas le imponían", comenta Sánchez, partió por carta la respuesta del vicepresidente.
Paz le expresó que "por lo que hace a la marcha, ha de ser a pié, como marcha la infantería en el mundo, como marcharon los argentinos hasta el Perú pasando los Andes. Los argentinos de hoy son los mismos de entonces, y ahora como entonces han de marchar los tucumanos trescientas y más leguas. Lo que parece a primera vista un inconveniente, la estación, es por el contrario una ventaja para la infantería, que no siente frío con las marchas diarias; y por la noche, en la hora del descanso, ahí tienen en todo el tránsito abundante leña para contrarrestar el frío".
Con los reclutados, Roca se dirigió a Santiago del Estero. Allí se sumaron los reclutas de esa provincia y continuó el viaje. Los santiagueños se sublevaron en el fortín de La Viuda, y el general Antonino Taboada les aplicó un durísimo escarmiento. En cambio, el contingente tucumano se mantuvo firme y se unió, semanas más tarde, al resto del ejército de la Triple Alianza.

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