La Municipalidad se propone eliminar las pegatinas ilegales

La Municipalidad se propone eliminar las pegatinas ilegales

El 30 % de las multas corresponde a la colocación de afiches en lugares prohibidos.

EN CUALQUIER PARTE. Semáforos y cestos de basura figuran entre los sitios preferidos para difundir eventos. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI EN CUALQUIER PARTE. Semáforos y cestos de basura figuran entre los sitios preferidos para difundir eventos. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
28 Mayo 2009
Tarot, festivales, cursos de inglés, metafísica, crédito fácil, profesores particulares y candidatos políticos. Las pegatinas están por todas partes. Los afiches se superponen; algunos son arrancados y quedan tirados en el piso. La colocación de estos carteles en cualquier parte es ilegal. Eso no es todo. La práctica deja un costoso saldo: sólo para limpiar las columnas del alumbrado público la Municipalidad gasta más de $ 300.000 dos veces por año.
Son la pesadilla de los inspectores que a diario recorren la ciudad. Cuando encuentran una pegatina o un cartel prohibido deben arrancarlo y adjuntarlo al acta de infracción. Por año labran alrededor de 3.500 certificados. La cifra representa sólo una parte de los hechos que en realidad deberían ser multados, porque, en muchos casos, los carteles no tienen información que permita identificar a quienes realizan la pegatina.
Actualmente, la Subsecretaría de Servicios Públicos de la Municipalidad está estudiando cómo implementar operativos que permitan detectar mejor estas prácticas ilegales. Mientras tanto, ya se conformó una brigada de operarios que se encargarán de despegar todos los afiches del centro y de las avenidas durante los próximos seis meses.

Más precisión

Las pegatinas se encuentran principalmente en las columnas del alumbrado público, en las cajas de energía eléctrica que están ubicadas en las calles, en los papeleros y en paredes de propiedades privadas, destacó Alfredo Toscano, titular de Servicios Públicos.
Las autoridades también estudian cómo se hará para especificar con mayor precisión a quiénes se hará responsables de esta práctica. Hasta ahora, la ordenanza vigente se refiere en forma general a quien coloque letreros y anuncios en la vía pública, que afecten la estética y la higiene. En Buenos Aires, por ejemplo, las normas prevén sanciones para los que encargan el cartel, para los que lo colocan y para la imprenta que los hizo.
Una de las cosas que más le preocupa al municipio por estos días son las pegatinas políticas, ya que no siempre es fácil contrarrestar esta práctica en tiempos electorales.
Las multas por pegatinas representan el 30 % del total de infracciones que se registran en el área de Higiene Pública de la ciudad. Los graffittis en las paredes y en el mobiliario urbano también son un problema, especialmente porque esta práctica es imposible de castigar, resaltó Toscano. Para ejemplificar, detalló que en cada columna que se debe repintar porque fue arruinada con pintadas o carteles se gasta $ 150.

Cuestión cultural
La contaminación visual de las pegatinas y de las publicidades desmedidas molesta a muchos vecinos que circulan por el centro. Sin embargo, la mayoría cree que es una cuestión de incultura más que de ilegalidad.

La imagen de la ciudad

"Es fundamental cuidar entre todos la calidad del espacio urbano, porque es nuestra identidad y así nos presentamos ante el turista que nos visita", explicó Mateo Márquez, quien dijo que se siente avergonzado por la cantidad de afiches que estaban pegados cerca de su departamento, en Muñecas al 500.
Carmela Moreno, que vive en barrio Norte, dice que está cansada de que siempre le peguen carteles en las columnas ubicadas frente a su casa. "Si nuestros candidatos se postulan para conseguir el bien común, que sus actos lo reflejen; es decir, que no ensucien la ciudad", opinó.

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