La importancia de donar sangre

La importancia de donar sangre

21 Mayo 2009
Un gesto solidario puede contribuir a salvar una vida. Generalmente, ante una situación límite como la muerte, el ser humano toma conciencia de que son posibles acciones como donar sangre, que puede ser fundamental para la recuperación de una persona gravemente enferma. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se recogen en el mundo 81 millones de unidades de sangre. Sin embargo, sólo un 45 % de esas donaciones se realiza en los países en desarrollo y en transición, donde se concentra más del 80 % de la población del planeta. Las transfusiones de sangre permiten salvar vidas y mejorar la salud, pero hay millones de pacientes que las precisan y que no pueden acceder a ellas a tiempo. Muchas personas mueren por la falta de disponibilidad de sangre no contaminada, incluso en algunos centros asistenciales urbanos.
Para cubrir las necesidades de sangre de un país basta que entre el 1 % y el 3 % de su población sea donante. Sin embargo, los donantes representan menos del 1 % de la población en 73 países, 70 de los cuales son países en desarrollo y con economías en transición, indica el informe la OMS.
La estadística indica que en la Argentina se transfunden 1,5 millones de unidades de sangre y señala que nueve de cada 10 personas necesitarán en algún momento de su vida una transfusión de sangre o de algún hemoderivado para sí mismas o para algún conocido. De acuerdo con una encuesta de Gallup Argentina dada a conocer en marzo pasado, sólo un 40 % de los consultados había donado sangre alguna vez.
El 82 % lo había hecho por pedido expreso de personas de su círculo íntimo, lo cual muestra que no hay una cultura de donación voluntaria de sangre. Una integrante del Club de Donantes por la Vida de la Fundación Hemocentro Buenos Aires señaló que en la Argentina siempre se trabaja sobre la urgencia y el dolor.
Hace pocos días nos referimos en esta columna a las vicisitudes por la que atraviesa la Asociación Tucumana de Personas RH Negativo que no llega 600 socios -de ese número, sólo 265 pueden dar sangre- y que debe atender las necesidades de alrededor de 91.000 tucumanos que poseen ese grupo sanguíneo. Todos los años, la institución, que funciona en la Asistencia Pública, hace una convocatoria a inscripción de nuevos socios, pero las personas, en general, sólo se acercan cuando necesitan una donación.
Uno de los modos de revertir esta indiferencia social, según una experta en administración de servicios de salud y en gestión de organizaciones con fines sociales que integra el Club de Donantes de la fundación Hemocentro, es educar sobre el tema desde la escuela primaria; es decir, concientizar a los chicos en el aula, así como a grupos juveniles, para que comiencen a trabajar en el tema del voluntariado. Anticipó que en octubre se constituirá la Federación Argentina de Donantes de Sangre en un encuentro auspiciado y organizado por la Universidad Nacional de Córdoba.
En diversas oportunidades, hemos señalado que toda instrucción cívica debe iniciarse en la primaria. Debería diseñarse y ponerse en práctica, por otro lado, una campaña permanente desde el Estado en los medios de comunicación, en los CAPS, en los hospitales y en los sanatorios para generar conciencia en la población sobre la importancia de donar sangre. Se podría solicitar el asesoramiento de la Facultad de Medicina de la UNT. La práctica de la solidaridad nos mejora como personas y nos honra como ciudadanos.

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