La superpoblación de perros callejeros

La superpoblación de perros callejeros

12 Mayo 2009
Sus historias de animales constituyen en opinión de muchos críticos lo mejor de su literatura. El escritor británico Rudyard Kipling dijo en una oportunidad: "Compra un cachorro y con tu dinero adquirirás un amor firme". Las series televisivas "Lassie" y "Rin Tin Tin" cautivaron a una generación de televidentes. No en vano, el perro ocupa un lugar privilegiado en el corazón del hombre hasta el punto de ser considerado su mejor amigo. Sin embargo, los canes pueden convertirse en un problema social si sus dueños los abandonan en la vía pública, como sucede a menudo en San Miguel de Tucumán.
Alrededor de 50.000 animales conforman la población canina de nuestra capital y merced a la castración de 2.000 hembras realizada por la Municipalidad en 2008, se evitó el nacimiento de 20.000 canes, según el responsable del Centro de Adaptación y Reubicación Animal (Cenara), mientras que el subsecretario de Servicios Públicos de la Municipalidad afirmó que el abandono de mascotas es cada vez mayor y se necesitarán 10 años más con planes masivos de esterilización para controlar la cantidad de animales domésticos que circulan por las calles.
Los veterinarios señalan que el 80 % de los canes operados no son callejeros y señalaron que el problema de operar a estos animales es que luego de la intervención, necesitan un día de cuidados permanentes con calmantes y sólo puede hacerse si un vecino bien intencionado se ofrece a ello.
El funcionario municipal aseveró que la superpoblación de perros se debe a que en los barrios hay muchas mascotas abandonadas que se reproducen y sus crías terminan generalmente en el centro, adonde llegan en busca de comida. Indicó que si los vecinos colaboran y se prosigue con las esterilizaciones se avanzará en el control de los canes. Se estima que más de la mitad de estos que hay en la capital son callejeros. Los vecinos aseguran que cada día se ven más perros, asustados y con hambre, que vagan sin rumbo por las calles de la ciudad y en algunas plazas como la Urquiza o la San Martín. En esta última, hace tiempo vive una jauría que ataca a menudo a los ciclistas y motociclistas y en varias ocasiones, casi llegaron a producirse accidentes en el intento de los conductores de escapar de las mordidas.
Las campañas de esterilización y de concientización deben ser constantes. Hay, por otro lado, ordenanzas que no se cumplen, como aquella que establece que los animales domésticos deben ser conducidos con correa y bozal, y que los propietarios o tenedores están obligados a llevar una bolsa y una palita para recoger los excrementos de los animales. La norma que regula la cría y tenencia de perros prescribe además que quienes no la cumplan deberán pagar multas de entre $ 200 y $ 1.000. La disposición municipal también exige que los paseadores deben inscribirse en un registro de la Dirección de Urbanidad e Higiene y deberán portar los carnets que acrediten que los perros estén vacunados. Para poder registrarse, paseadores, cuidadores y entrenadores de perros de razas consideradas peligrosas deben sacar un certificado de buena conducta y pasar por un examen psicológico en la Dirección de Salud municipal.
La antigua problemática de los canes vagabundos refleja la falta de amor por los animales y de cultura cívica de una buena parte de la comunidad que los deja deambular o los abandona en la vía pública. Los animales suelen ser el reflejo de lo que son sus dueños y de sus hábitos. Se debería inculcar ya en el ciclo primario amar y cuidar a los animales. Tal vez por intermedio de los niños, logre revertirse este mal hábito de los adultos.

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