Abrazar es el mejor consuelo

Abrazar es el mejor consuelo

07 Mayo 2009
Ante la muerte de un hijo no hay palabras de consuelo que valgan. Incluso, algunas frases hechas, que se suelen decir para llenar ese vacío pueden ser ofensivas para la persona que sufre. "El no era de esta vida","Es mejor que se haya ido porque no sabemos cómo iba a quedar" y "Dios se lleva a las personas buenas" son algunos de los seudoconsuelos que pueden caer muy mal en alguien acaba de perder  un hijo. "Uno quisiera decirles: ?y si es así como decís ¿por qué Dios no se llevó a tu hijo?? En esos momentos preferimos un abrazo fuerte y nada más", reconoce Charito Viruel.
"Mucha gente no sabe cómo actuar y por eso dejan de invitarte a las reuniones entre amigos y hasta se cruzan de calle para no saludarte. Por eso somos nosotros los que tenemos que buscar reinsertarnos. Lo que esperamos de los amigos no es que nos presten un hombro para seguir llorando, sino simplemente que nos sigan invitando a tomar ese café como siempre lo hacían", dicen Cristián García y José Chalfón.

Etapas del duelo

Negación de la realidad. La primera reacción ante la muerte es la incredulidad. Uno piensa que todo es una pesadilla y que en algún momento se va a despertar.

Negociación con Dios. Después viene una etapa de desesperación, en la que uno le promete a Dios cualquier cosa, hasta que le va a levantar un templo, si hace volver al hijo a la vida.

Negatividad. Siente que la vida ha sido injusta con él. A veces envidia a los que tienen hijos vivos o los critica.

Idealización. Los padres tienden a pensar que no habrá nadie como el hijo que partió, pero esto pone tristes a los hijos que quedan.

La luz al final del túnel. Cuando se acepta la realidad como irreversible, se puede dejar de mirar sólo la parte trágica de la vida y comenzar a recordar al hijo en toda su dimensión humana.

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