21 Abril 2009
Lo primero fue la Palabra, como dice San Juan, y no la acción, como escribe Goethe, plantea Antonio Di Génova, experto en Relaciones Públicas y director general del sitio www.redrrpp.com.ar. En la medida en que la palabra se torna instrumento del pensamiento se transforma en vehículo de la elocuencia y la retórica. Saber algo no es idéntico a saber decirlo. Esta es la importancia de la comunicación oral, indica el especialista.
Hablar persuasivamente para transmitir una determinada imagen o idea no es un lujo sino una necesidad. El 90% de nuestra vida de relación consiste en hablar o escuchar; sólo el 10% en leer o escribir, dice Di Génova. Cada persona tiene su manera peculiar de negociar. En la estructura de la negociación, un empresario, un ejecutivo o un trabajador se encontrará con tres elementos: los actores, la divergencia y la voluntad o búsqueda de acuerdo. Y en las tres instancias la capacidad oratoria puede representar la ventaja competitiva, añade Di Génova.
Los actores son los elementos fundamentales en la negociación; son las personas que intervienen con todas sus características personales. A los negociadores no sólo se les debe juzgar por lo que dicen, sino por cómo lo dicen, considera el especialista en RRPP.
La divergencia es el desacuerdo que separa a los actores cuando se presenta. Un negociador debe poder identificar cuál es el origen de las divergencias que se plantean. Estas pueden presentarse por problemas de comunicación, por estructura o por características personales de la contraparte, dice el experto. En todo proceso negociado, el buen negociador debe tener la habilidad para comprender y llevar a la otra parte por el camino más conveniente para ambos.La voluntad o búsqueda de acuerdo es el resultado sustancial y no simplemente formal de la negociación puede asumir cuatro formas principales:
Compromiso simple: es la solución mínima. Nadie obtiene la satisfacción total de sus objetivos.
Concesiones mutuas: Solución superior al compromiso. Búsqueda de equilibrio en la mayoría de los puntos en la negociación.
Adjudicaciones de contrapartidas: Se crean nuevos elementos negociables, ampliando el objeto inicial de la negociación.
Creación de alternativas: El antiguo problema se transforma en uno más adecuado para ofrecer una solución.
Hablar persuasivamente para transmitir una determinada imagen o idea no es un lujo sino una necesidad. El 90% de nuestra vida de relación consiste en hablar o escuchar; sólo el 10% en leer o escribir, dice Di Génova. Cada persona tiene su manera peculiar de negociar. En la estructura de la negociación, un empresario, un ejecutivo o un trabajador se encontrará con tres elementos: los actores, la divergencia y la voluntad o búsqueda de acuerdo. Y en las tres instancias la capacidad oratoria puede representar la ventaja competitiva, añade Di Génova.
Los actores son los elementos fundamentales en la negociación; son las personas que intervienen con todas sus características personales. A los negociadores no sólo se les debe juzgar por lo que dicen, sino por cómo lo dicen, considera el especialista en RRPP.
La divergencia es el desacuerdo que separa a los actores cuando se presenta. Un negociador debe poder identificar cuál es el origen de las divergencias que se plantean. Estas pueden presentarse por problemas de comunicación, por estructura o por características personales de la contraparte, dice el experto. En todo proceso negociado, el buen negociador debe tener la habilidad para comprender y llevar a la otra parte por el camino más conveniente para ambos.La voluntad o búsqueda de acuerdo es el resultado sustancial y no simplemente formal de la negociación puede asumir cuatro formas principales:
Compromiso simple: es la solución mínima. Nadie obtiene la satisfacción total de sus objetivos.
Concesiones mutuas: Solución superior al compromiso. Búsqueda de equilibrio en la mayoría de los puntos en la negociación.
Adjudicaciones de contrapartidas: Se crean nuevos elementos negociables, ampliando el objeto inicial de la negociación.
Creación de alternativas: El antiguo problema se transforma en uno más adecuado para ofrecer una solución.
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