Purgatorio: un fragmento del más votado

Purgatorio: un fragmento del más votado

19 Abril 2009

“… Escribir siempre fue para mí un acto de libertad, el único por el que mi yo se pasea sin rendir cuentas. Mientras escribo me dejo ir. Sólo después de dar algunos pasos pienso en los límites de lo que hago: si me encamino hacia una novela o un ensayo, si es una crónica o un guión de cine o un perfil de muertos. En ese viaje me he perdido más de una vez. Me pierdo sobre todo cuando trato de saltar fuera de los límites. Aunque los límites se nieguen, los cruzo. Quiero ver qué hay del otro lado de las palabras, en los paisajes que no se ven, en los relatos que desaparecen a medida que los despliego. Quizás si me internara en la poesía vislumbraría ese horizonte al que no llego. Pero no soy poeta y lo siento. Si lo fuera, podría nombrar la real naturaleza de las cosas, encontrar de una vez el centro en vez de perderme en los márgenes. ¿Qué voy a decirle a Emilia cuando la vea?
Que los seres humanos somos responsables de todo menos de nuestros sueños. Hace ya muchos años, antes de conocerla, soñé con ella y transformé ese sueño en las primeras líneas de un relato que he llevado conmigo de un país a otro, creyendo que en algún momento el sueño se repetiría y yo encontraría el impulso para terminarlo. Soñé que entraba en una fonda de mala muerte donde una mujer mayor, sentada al extremo de una larga mesa, clavaba la mirada en uno de sus comensales. En ese instante supe, con la claridad plena con que se saben las cosas en los sueños, que la mujer era viuda y el hombre su marido muerto hacía treinta años...”

(Anticipo de la novela en LA GACETA Literaria del 2/11/08)

Crítica

“…La Argentina fue fundada por ficciones, destruida por una realidad burda y restaurada por libros como los que escribió el novelista tucumano. En Purgatorio se aleja más de los bastidores de la historia; se zambulle en los pliegues de la nada y rescata lo que no fue, lo que merece ser. Es un autor atropellado por un personaje que quiere vivir, que le exige que encuentre las palabras y los actos que necesita su historia. Tomás Eloy Martínez, por un lado, repara el pasado, lo ilumina, le inyecta estética, dibuja las caras que no se pueden enfocar. Pero sobre todo le da vida a lo que no existe y le devuelve al universo un poco de sentido. Con su última novela se está sentando, de una vez y para siempre, en la primera fila que ocupan sus amigos García Márquez, Fuentes, Auster, De Lillo; o sus admirados Roth, Murakami y Pynchon…”

Daniel Dessein
(Crítica completa y entrevista al autor en LA GACETA Literaria del 30/11/08)

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Acerca de lo no vivido

“... Purgatorio es un libro muy documentado, en el que hay muchas lecturas que no se ven; pero hay una asimilación de esas lecturas para lograr una conversión de la historia en vida. Yo me dije: “esta es la vida que no he vivido y voy a tratar de vivirla a través del relato”. Pero no la vida más ostensible, que es la de la represión, sino la vida de la gente del común. Mis primeras preguntas, cuando empecé a trabajar en la novela, fueron: ¿qué recuerdos tengo de esa época?; ¿qué se veía por la televisión?; ¿qué publicidades había?...”

Tomás Eloy Martínez
(Entrevista al autor. Versión completa en LA GACETA Literaria del 30/11/08)

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