Zapatero tiene su propio “Obama”

Zapatero tiene su propio “Obama”

La designación del filósofo Gabilondo en Educación causó sorpresa y despertó simpatías.

PUESTO CLAVE. Gabilondo afronta grandes desafíos. PUESTO CLAVE. Gabilondo afronta grandes desafíos.
09 Abril 2009

MADRID.- (Por Irene Benito, especial para LA GACETA).- De los seis cambios ministeriales que formalizó el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, el que más expectativas suscita es el que llevó al filósofo Angel Gabilondo, hasta ahora rector de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), al frente del Ministerio de Educación. El reemplazo de Pedro Solbes en la cartera de Economía tuco amplia resonancia, ya que en en la campaña electoral del año pasado Rodríguez Zapatero había dicho que era el ministro adecuado para gestionar la crisis. Pero el nombramiento de Gabilondo, con su perfil de librepensador, fue recibido con sorpresa y hasta simpatía.
Gabilondo es un hombre de las letras (“hago el amor con las palabras”, declaró en una entrevista en enero de este año), dotado de gran capacidad para la oratoria y de un poder de persuasión que lo distingue en el foro de la intelectualidad española. Vasco, de origen humilde, experto en metafísica, el perfil del nuevo ministro es más afín al del presidente estadounidense, Barack Obama, que al del excesivamente parco Rodríguez Zapatero.

Un plan resistido

Gabilondo releva a una gris Mercedes Cabrera en la gestión de la educación, asignatura de importancia capital para el Estado. Entre los frentes abiertos, el flamante ministro hereda el conflicto del llamado “Plan Bolonia” (supone la adaptación del sistema universitario español a los estándares de la Unión Europea), que los estudiantes -sobre todo catalanes- reprueban con determinación y hasta violencia. Además, España debe remontar las bajas notas en educación que colocan al país en los últimos puestos del continente, según el último informe Pisa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y en el ámbito propio de su experiencia -aunque ahora desde la vereda de enfrente-, a Gabilondo le espera resolver la queja de las universidades, que sufrieron una disminución presupuestaria como consecuencia de la crisis.

Del dicho al hecho
En un gabinete donde predomina el perfil bajo, la presencia de Gabilondo implica un gran cambio. En 2006, aseveró: “hacen falta personas que copen determinados espacios públicos, ejemplares, con capacidad de liderazgo, que crean en lo que dicen y que vivan de acuerdo con lo que piensan”. El filósofo tiene ahora el reto de pasar de la teoría a la práctica. Afronta el desafío de gobernar para que se hagan realidad opiniones suyas como esta: “yo creo que la educación es contagio. Se suele hablar de un aire, un aire de familia. Un lugar donde compartes. Eso es ética. La ética es un espacio. ‘Ethos’ significa espacio, la madriguera donde están todos los animalitos juntos”.
Gabilondo juró su cargo el martes ante los reyes de España, junto con los otros cinco nuevos funcionarios: Trinidad Jiménez (de la Secretaría de Estado para Iberoamérica pasa al Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales); Elena Salgado (deja la jefatura de la Administración Pública para ocupar el Ministerio de Economía y Hacienda, y la vicepresidencia económica); Angeles González-Sinde (renuncia a la dirección de la Academia de Cine para ejercer como ministra de Cultura); Manuel Chaves (abandona la presidencia de la Junta de Andalucía para asumir como vicepresidente tercero y ministro de Cooperación Territorial); y José Blanco (renuncia a la secretaría del Partido Socialista para desempeñarse como ministro de Fomento).

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