Los huevos de Pascua nacieron en Versalles

Los huevos de Pascua nacieron en Versalles

EXQUISITECES. En la Pascua se come mucho chocolate. EXQUISITECES. En la Pascua se come mucho chocolate.
06 Abril 2009

Para la Iglesia Católica, el huevo simboliza el hombre nuevo y es sinónimo de nacimiento. La historia de los huevos de Pascua se remonta al siglo XVIII. Entonces, la costumbre era hacer hervir huevos durante la Semana Santa, pintarlos de varios colores y comerlos el Domingo de Resurrección. Una de las tradiciones católicas más arraigada es la de no ingerir carne ni huevos durante la Cuaresma, por lo que en ese período se hacían bendecir estos últimos para después comerlos en Pascua.
El huevo de chocolate, tal como se lo conoce hoy, surgió en el palacio de Versalles, en Francia. Quienes vivían allí en los tiempos del rey Luis XIV decidieron refinar la costumbre popular y reemplazar los huevos de gallina por los de chocolate adornados con confites. Durante una fiesta, Luis XV obsequió uno recubierto de oro a madame Du Barry. Esto hizo exclamar a un caballero: "¡si lo comes pasado por agua, yo guardaré la cáscara!". La costumbre se extendió hasta nuestros días y no es una exclusividad de los católicos, ya que estos productos son consumidos por personas de todos los credos.
Los zares de Rusia, Alejandro III y Nicolás II, regalaban en Pascua a sus esposas unos huevos realizados en oro, perlas y piedras preciosas. Son auténticas obras maestras y fueron hechas por el célebre orfebre francés Fabergé en el siglo XIX. Se conocen un total de 54 de estas joyas.
Para esta celebración, la gente también elige conejos, gallinas y liebres de chocolate. Estas golosinas contienen confites y sorpresas (para los niños) y bombones y caramelos (para los grandes).
El chocolate de buena calidad no necesita ser masticado; se disuelve suavemente en la boca. Si el huevo tiene un alto contenido de grasa, esta sensación es inexistente. El buen chocolate no daña el organismo: renueva las energías, combate el estrés y ayuda a tener buen humor.
Cuando el chocolate es puro, el huevo no se romperá fácilmente si cae al suelo. Además, el calor no lo afectará tanto como al que es elaborado con grasa.

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