Ex soldados esperan un reconocimiento

Ex soldados esperan un reconocimiento

Jornada de recordación para ex combatientes que lucharon en las islas; instalados en carpas en la plaza de Mayo.

TODO EL DOLOR. Los familiares de los caídos, que pudieron viajar a la islas, visitaron el cementerio de Darwin. DYN TODO EL DOLOR. Los familiares de los caídos, que pudieron viajar a la islas, visitaron el cementerio de Darwin. DYN
02 Abril 2009

Buenos Aires.- El 2 de abril representa mucho más que el llamado Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, resaltado en color rojo en el calendario argentino por tratarse de un feriado, con rango de inamovible.
Se trata de una jornada sumamente especial para todos aquellos que de una u otra manera estuvieron involucrados en aquel conflicto bélico ocurrido en 1982.
Los recuerdos fluyen; los temores, el frío, los compañeros muertos, el olor de la guerra, la sangre tibia y el corazón helado allá en el Sur, en medio de imágenes con múltiples matices y no en blanco y negro como reflejaban los diarios en el resto del país.
Es un día de sensaciones encontradas para los miles de jóvenes que fueron llevados a combatir y crecieron a los tiros en un puñado de semanas, antes de regresar a casa convertidos en hombres con la mirada perdida, decepcionados, tristes, enfermos y olvidados.
Entre síntomas de depresión y estiletazos de orgullo buscaron continuar con una vida marcada ya para siempre por aquel último capricho de la dictadura militar y tras años de esfuerzo obtuvieron al menos un reconocimiento formal del Estado, con pensiones y beneficios, en un intento por valorar y premiar su labor en defensa de la soberanía nacional.
De todos modos, una modificación arbitraria del alcance del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS) dejó fuera de esa distinción a un grupo de soldados que si bien participó en la guerra bajo las órdenes del V Cuerpo del Ejército -el mismo que comandaba las acciones en las Islas Malvinas y sus alrededores-, estaba apostado en el continente.
Eran muchachos que cumplían diversas labores de prevención, control y mantenimiento en las bases militares ubicadas en zonas costeras de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, cuidaban a la población civil en las localidades de la región -al sur del paralelo 42º-, montaban radares y también salían a combatir a los ingleses cada vez que sonaba una Alerta Roja, por eventuales incursiones y ataque del enemigo hacia el territorio continental, entre otras tareas.
Para todos ellos, sin dudas, el 2 de abril representa una fecha aún más significativa, sobre todo en momentos en los que la vida los encuentra luchando por un nuevo objetivo, ya no militar, sino personal: ser reconocidos oficialmente por el Estado como Veteranos de Guerra y poder gozar de los mismos honores que recibieron la mayoría de sus colegas.

Reclamo latente
“Esto es casi humillante”, aseguró Tulio Fraboschi, uno de los voceros del grupo de ex soldados que acampa desde hace un año frente a la Casa de Gobierno en la plaza de Mayo, en busca de que las autoridades atiendan su reclamo. “Siempre supimos y sabemos que somos veteranos de guerra, lo que nunca se hizo fue oficializarnos e incluirnos en las leyes para Veteranos de Guerra, con todos los beneficios que eso implica”, agregó, en una entrevista realizada dentro de una precaria carpa sin piso, montada junto a una palmera a metros de la histórica Pirámide de Mayo y rodeada por banderas argentinas.
Fraboschi, quien cargaba con explosivos aviones Hércules C-130 que llegaban a su base de Comodoro Rivadavia por las noches, en medio de gélidas condiciones climáticas, afirmó que la demanda del grupo es completamente justa, por tratarse de soldados con carga pública que cumplían funciones en objetivos militares ingleses y en una zona de guerra.
“Muchos chicos que en esa época estaban haciendo la colimba se cuelgan de nuestro reclamo. Hay muchos reclamos y el Estado ve todo esto como caótico, pero nosotros corríamos riesgo”, manifestó. “Cuando íbamos a hacer las guardias nos decían: ‘manténganse despiertos que están degollando gente’. ¿Vos sabés lo que es una guardia en ese estado?”, añadió.
En el mismo sentido se expresó el otro vocero del grupo, Héctor Cibeira, que integraba la Compañía de Comunicaciones 101 y era compañero de Aldo Cantero, fallecido por un paro cardíaco durante una Alerta Roja en cercanías de Puerto Madryn. (NA)

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