01 Marzo 2009
Quizás uno de los terrenos en los que más haya que ceder sea el de la amistad. Con los amigos se desarrolla una relación entre iguales que no admite berrinches, ni llantos: estrategias que algunos utilizan con sus parejas o los hijos con sus padres.
Los temas que se pueden presentar para negociar adentro del grupo seguramente serán cuestiones superficiales que difícilmente podrían modificar el rumbo de la vida. ¿Dónde ir de vacaciones?¿Qué se puede hacer el fin de semana?¿Dónde van a festejar los cinco años de egresados? Estas son cuestiones que pueden generar discusiones pero que no deben hacer perder el eje: mantener la amistad.
“Cuando no nos ponemos de acuerdo lo mejor es hacer lo que la mayoría prefiere. Siempre va a haber un par que no esté conforme pero es lo más democrático”, asegura Mariana Alurralde.
De todas formas, como cualquier vínculo, el de los amigos hay que cuidarlo y enriquecerlo. “Algunas veces, a pesar de que la mayoría prefiere otra cosa, hacemos algo que a una de nosotras le gusta mucho. También hay que saber sacrificarse por la amistad”, comenta Julieta Campos.
En el trabajo
Los verdaderos problemas suelen aparecer cuando se mezclan con la amistad cuestiones de dinero, proyectos o el trabajo. En esos casos, hay que establecer acuerdos claros desde el principio para evitar conflictos. “Si tu amigo se transforma de un día para el otro en tu jefe puede ser complicado. El superior no tiene que olvidar que trabaja con una persona con la que comparte algo más que el lugar empleo y no hacerlo sentir inferior. Y el otro no debería echarse a chanta porque su superior es amigo”, reflexiona Emilio Sáez.
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