No siempre un buen ataque es la mejor defensa

No siempre un buen ataque es la mejor defensa

Cuando los gritos tapan el diálogo, se pierde la capacidad de intercambio que enriquece los vínculos interpersonales. Negociar no es imponer un punto de vista sino dejar espacio a los demás para que puedan expresar el suyo. Habla ayuda para bajar el nivel de agresividad y de ansiedad. En la pareja, con los hijos y con los amigos.

ANTES DE QUE SEA TARDE. La negociación es una vía que puede evitar caminos sin retorno en las relaciones. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO ANTES DE QUE SEA TARDE. La negociación es una vía que puede evitar caminos sin retorno en las relaciones. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
01 Marzo 2009

Con los hijos, con los compañeros de trabajo, con el almacenero. Casi todos los aspectos de la vida están atravesados por la negociación. Pero quizás uno de los espacios en los que más cuesta llegar a un acuerdo es dentro de la pareja.
Conservar el matrimonio y el amor es todo un "trabajo", coinciden los especialistas, pero no es imposible. Una de las habilidades radica en saber negociar con la pareja cada vez que surgen conflictos.
"Es muy difícil porque pensamos que lo que nosotros creemos es la única realidad. No permitimos que nos muestren el otro lado. Hay una pelea constante por tener la razón", explica Carmina Varela, terapeuta gestáltica.
"Hay que saber que no hay una realidad objetiva, sino varias interpretaciones de una misma realidad. Lo principal es confirmar la percepción del otro; saber que desde su lugar tiene razón", comenta Inés Páez de la Torre, psicóloga.
Para las especialistas uno de los mayores retos es dar lugar a que la otra persona muestre su punto de vista. Además, hacerlo con tranquilidad y respetando sus tiempos para que pueda expresarse.
"Si se logra esto, entonces baja el nivel de ansiedad y la agresividad. Si uno comienza atacando nunca se va a lograr nada; al contrario, el otro va a contraatacar", agrega Páez de la Torre.
Los temas que se negocian son propios de cada pareja. Suele suceder que hay cuestiones que para algunos no son negociables y que para otros sí lo son. "El diseño del acuerdo es de cada pareja y depende del proyecto común que compartan. Hay que entender que no está bien ni mal y que siempre puede modificarse", comenta Varela, y agrega que es fundamental tener en claro qué se negocia.

Actitudes nocivas
Hay algunas pautas, coinciden las psicólogas, a la hora de iniciar un diálogo que pueden contribuir a no caer en círculos viciosos.
"Sería bueno preguntarse: ?¿De qué manera podemos hablar sin llegar a lo mismo??", aconseja Varela.
La descalificación y la humillación, subraya Páez de la Torre, dejan heridas profundas en las personas. Estas son dos de las actitudes más nocivas que pueden adoptarse en el marco de una discusión. Que el diálogo se pierda y su lugar lo ocupen los gritos es inhabilitar un momento de intercambio que podría haber resultado enriquecedor.
Negociar no implica dominar al otro o imponer el punto de vista. Es saber escuchar y lograr un acuerdo que haga feliz a ambas partes. "Hay que saber que en algún momento aparecerán cuestiones que no se van a poder negociar. Tenerlo presente es un buen paso", remarca Varela.

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Conflictos comunes
- "La gama de temas que despiertan conflictos en las parejas es muy amplia", explica Arturo Gómez López, sexólogo. Pero advierte que la pareja invierte más cantidad de tiempo cuando discute sobre el manejo del dinero y sobre la sexualidad.

- En el caso del dinero también subyacen intenciones de dominación y cuestiones de género. "En general, el que tiene el manejo del dinero cree tener el poder. El varón sigue sintiendo la responsabilidad de proveer y algunos entran en crisis cuando no pueden hacerlo", asevera Carmina Varela. Ella recomienda definir cuál es el dinero de cada uno y cuál es "nuestro dinero".

- En cuanto a la sexualidad, muchas veces este plano refleja los conflictos que no se verbalizan, como frustraciones, enojos no resueltos, desconfianzas, desencanto y preocupaciones. "Es un aspecto importantísimo y una forma más de comunicar el afecto. El problema es que a veces los conflictos se trasladan a ese terreno y se manifiesta de muchas formas", advierte la psicóloga Inés Paéz de la Torre.

- "Es muy común que en etapas de pleno conflicto, la sexualidad y el dinero se utilicen como elementos de ?premio y castigo?, según cada uno sienta que la conducta del otro se acerca o se aleja de lo que espera ver y obtener. Esto puede darse en cualquier momento de la evolución de la vida familiar", asevera Arturo Gómez López.

- "Es importante que los miembros de la pareja se informen, que conozcan al otro, que hablen de sus expectativas, fantasías y deseos. A veces se piensa que la sexualidad es algo de lo que no se tiene que hablar", agrega Paéz de la Torre.

- "Suponemos que cuanto más conocemos al otro, más podemos entenderlo, y si hay afecto y motivación, la resolución de los conflictos es posible. Pero tal vez la destreza emocional más importante, la que resulta casi imprescindible para que los conflictos no se hagan crónicos, es la empatía (que podríamos definirla como la capacidad de ponernos en el lugar del otro)", afirma Arturo Gómez López.

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