Brilla, cariño, brilla

Brilla, cariño, brilla

La gente armó una verdadera fiesta. Por Leo Noli - Redacción LA GACETA.

27 Febrero 2009

"¡¿Eh, vos, qué hacés?! Quedate piola si vas a tirar mala onda. Hay que alentar al equipo, no tirarlo al bombo". El emisor de estas dulces palabras no se encontraba en una de las populares del Monumental. Es más, ni cerca estaba del aguante caracterizado habitual, pero él, como tantos otros amantes de los colores celeste y blanco, entendió que la única manera de ayudar al escudo de su pasión es con aliento. Nada de maldecir de más, y menos tirar al bombo cada intentona de los 11 "decanos" en la cancha. Brilla, Cariño, Brilla, piensa uno a la distancia. No importa qué sucedió a lo largo de los 90 y tantos minutos del juego. Tampoco cómo se desarrolló el partido en sí. Lo principal, según el mensaje cantado a viva voz por la muchachada en el "José Fierro", es hacerle notar a los discípulos de don "Chulo" Rivoira que ellos están. Están ahí para alentar, no para mufar ni para criticar, hasta el hartazgo, si Sarría hizo bien o no en forzar tanto su segunda chance de gol, después de la pena máxima malograda.
Eso será tema de debate en el café de hoy, de mañana o previo a la próxima presentación de Atlético, allá en Rosario, donde buscará mejorar la puntería contra Tiro Federal, y dar en el blanco. Algo que ayer no sucedió. Quizás porque en el período inicial el arco de enfrente no quiso abrirle sus puertas a "Pulguita". En fin, esto es fútbol, señores, y todo puede pasar. Si no, visite Rafaela y pregunte por Aldo Visconti, quien todavía seguirá pensando cómo hizo "San Lucas" para evitar su cabezazo infalible.
La noche en 25 y Chile tuvo un sabor especial, distinto y emocionente por momentos.El mundo "decano" fue una fiesta, pese a esos -varios- contados momentos donde el corazón de muchos se salió del molde pidiendo a gritos un cardiólogo. Palpitó el juego con amor propio, con la garganta a flor de piel, entonando cada dos por tres varios de los hits del repertorio musical del anfitrión, mientras el tiempo moría y las ilusiones de sumar de a tres se encallaban en la magra labor del plantel en el complemento.
El señor, la señora, el gordito loco de tribuna techada, el calvo gritón de la platea baja y a todos aquellos que vivieron como si fuera su última vez en el club, este es su homenaje.
Es un merecido aplauso para el tipo que gasta el mango que no tiene sólo para sufrir, gritar, llorar y acompañar a como dé lugar a este escudo llamado Atlético Tucumán, el club de sus amores.

Maltrato
"Volví a disfrutar del aliento de la hinchada y de ver la cancha llena. Por desgracia no pudimos darles un triunfo. El árbitro me trató mal y me insultó", reveló Matías García.

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Análisis
"Cuando no convertís ningún gol el partido se te complica. Ahora vamos a descansar y en la semana analizaremos las cosas que se hicieron bien y los errores que cometimos", aseguró Damián Musto.

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