La mediación en la resolución de conflictos

La mediación en la resolución de conflictos

25 Enero 2009

La incomunicación y la intolerancia son la causa de muchos conflictos cotidianos y a veces estos concluyen de manera trágica. Los jefes policiales afirman que en las comisarías reciben entre tres y cuatro denuncias diarias por problemas entre vecinos por ruidos molestos, por peleas de chicos en las que se enfrentan los adultos, por animales peligrosos o agresiones físicas. Es decir que, por día, en el Gran San Miguel de Tucumán se registran alrededor de 150 denuncias.
Hace unos días, en el barrio 25 de Mayo de esta ciudad, dos vecinos discutieron agriamente porque el perro de uno de ellos lo había mordido. La pelea concluyó con la muerte de uno de los protagonistas. En represalia, los familiares de la víctima, pocas horas después del crimen, quemaron la casa de los acusados del homicidio. En octubre pasado, dos familias de Famaillá se enfrentaron violentamente, cuando se disputaron la propiedad de un pollo a machetazos, pedradas y palazos. El incidente concluyó con cuatro personas heridas, que tuvieron que ser hospitalizadas, mientras tanto el pollo se escapó.
La fuerza de seguridad destina el 80 % de sus recursos al cuidado de los vecinos en la vía pública. Según el subjefe de Policía, en este porcentaje están incluidos arrebatos, robos y otros delitos, así como los conflictos barriales. Dijo que todos los días se registran numerosas detenciones por este motivo. “Por lo general, ninguno de los vecinos que presenció el conflicto quiere colaborar con la investigación. Lógicamente, las partes suelen echarse la culpa entre sí y no buscan un punto medio. Lo que se busca en estos casos es mediar porque, si la situación no es contenida a tiempo, puede tener consecuencias peores”, dijo el policía. Según la opinión de otro comisario, estos conflictos ocupan una gran parte de los recursos de la fuerza, que bien podrían destinarse a la resolución de los delitos.
En las fiscalías de Instrucción, la mayoría de las causas que ingresan tiene como origen agresiones y amenazas entre vecinos. Un fiscal opinó que sería necesaria una fase de mediación entre las partes previa a la imputación del delito.
Respecto de la violencia escolar, en otras ocasiones nos hemos referido a la importancia de la mediación como una herramienta que ayuda a superar los problemas en forma pacífica. El objetivo de la comunicación debe ser llegar a un acuerdo, no tratar de imponer los propios criterios por sobre los de la otra persona. Tener la voluntad de comunicarse y de escuchar al otro es fundamental porque la comunicación no es innata, es una habilidad que se aprende.
Si bien la mediación no es nueva, está poco desarrollada en nuestra sociedad. Si parte de una comunidad transgrede constantemente, por ejemplo, las normas viales y las que hacen a la convivencia, significa que estos ciudadanos son muy conflictivos y conflictuados, y ello se refleja en la incapacidad para respetar al otro o para resolver democráticamente un problema, es decir a través del diálogo, de la comunicación, sin recurrir a la violencia.
Este malestar social se ha incrementado en los últimos años en Tucumán, como consecuencia de los magros salarios, de la inequidad, del desempleo, de la miseria, de la marginalidad, del analfabetismo, entre otras causas. Ello desencadena el debilitamiento de los principios éticos que deben regir en una sociedad y en la violencia que tiene diferentes rostros. La mediación puede ser útil para resolver conflictos y sería tal vez necesario formar a la fuerza policial en esta disciplina y generar espacios públicos donde los vecinos puediesen dirimir sus disputas civilizadamente, guiados por profesionales.

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