Tenía muerte cerebral y dio a luz

Tenía muerte cerebral y dio a luz

A una mujer le inyectaron esteroides para que el bebé pudiera nacer.

14 Enero 2009

LONDRES.- En el idioma árabe, Aya significa milagro. El viernes bautizaron a una beba británica con ese nombre y la elección no fue fortuita: Aya Jayne es prematura, nació con sólo 26 semanas de gestación, pesó 950 gramos y llegó al mundo dos días después de que su madre muriera a causa de una hemorragia cerebral.
De acuerdo con el diario británico “Daily Mail”, hasta el miércoles pasado, Jayne Soliman, una patinadora sobre hielo de 41 años, había tenido un embarazo saludable, por lo que decidió seguir trabajando normalmente. Pero ese día, un fuerte dolor de cabeza fue el prólogo del derrame cerebral que padeció en su casa.
La trasladaron rápidamente hacia el hospital. Sin embargo, unos minutos más tarde fue declarada muerta por los médicos del hospital Radcliffe de Oxford, cuando todavía estaba embarazada de la pequeña Aya.
Los médicos mantuvieron su corazón latiendo durante dos días para que la beba tuviera la oportunidad de nacer. Durante 48 horas, Jayne recibió fuertes dosis de esteroides que ayudaron a que se desarrollaran los pulmones de Aya.

Tumor agresivo
Los especialistas que la atendieron en el hospital Radcliffe de Oxford explicaron que un tumor extremadamente agresivo se había desarrollado en su cabeza en las últimas semanas y fue esto lo que le provocó un derrame fulminante.
Después del nacimiento de Aya, los médicos desactivaron los aparatos que mantuvieron durante dos días con vida a la patinadora.
En pocas horas, el esposo de la mujer, Mahmoud Soliman, tuvo que soportar el dolor por haber perdido a su esposa y rescatar la felicidad de la llegada de un nuevo miembro a la familia. Por eso, el hombre decidió llamar a la niña Aya. La beba iba a ser bautizada Maggie, pero el hombre decidió homenajear el milagro de su mujer y nombrarla con esa palabra, en árabe.
“Ser madre era uno de los deseos de Jayne. Hubiera sido una gran mamá”, afirmó el padre de la pequeña, unos minutos después de haber perdido a su esposa.
“En el lapso de 48 horas experimenté alegría por el nacimiento de mi hija y tuve que soportar la angustia de perder a mi maravillosa mujer”, lamentó. (Reuters)

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