Los jóvenes no creen que la droga les haga daño y crece la curiosidad por probarla

Los jóvenes no creen que la droga les haga daño y crece la curiosidad por probarla

Eligen fumar marihuana porque sostienen que esta sustancia les causa menos efectos perjudiciales en el organismo que el tabaco. Afirman que ya no les sorprende ir a una reunión y percibir el olor a porro.

UN HABITO QUE SE EXTIENDE. Fumar marihuana, según los jóvenes, se ha vuelto una práctica común en las reuniones y ya no le sorprende a nadie. UN HABITO QUE SE EXTIENDE. Fumar marihuana, según los jóvenes, se ha vuelto una práctica común en las reuniones y ya no le sorprende a nadie.
21 Diciembre 2008

"Lechuza", como le llaman sus amigos, se siente a gusto con el apodo. "Yo soy como un ave nocturna", cuenta el estudiante, de 15 años. Le fascina salir de noche y vivir nuevas sensaciones. Hasta ahora, nunca probó las drogas ilegales aunque sí suele tomar tragos cuando va a una fiesta. Afirma que siempre tuvo curiosidad por consumir marihuana y que si algún día le ofrecen un porro, lo aceptaría. "Sólo para ver qué se siente", aclara.
Sentado en el respaldo de un banco de la plaza Urquiza, "Lechuza" se estira como un gato flaco. Y conversa con su compañero Sebastián, también de 15 años. Los dos estudian en una escuela de la zona. Ninguno de ellos fuma tabaco. Están convencidos de que el cigarrillo es más dañino que la marihuana. "Las drogas más peligrosas se venden en las farmacias", remarcan.
"La marihuana es más sana que el tabaco; al menos no causa cáncer y no es adictiva", resaltan Mariana y Cecilia, que se sumaron a la conversación. Las adolescentes, ambas de 16 años, dicen que ya no les sorprende ir a una reunión cada fin de semana y percibir ese "olorcito a hierba, típico del porro". Aseguran que cada vez hay menos adolescentes que fuman cigarrillos, pero que aumentó el consumo de marihuana en las reuniones.
La curiosidad encendió la luz de alarma. Cada vez es más alto el interés de los adolescentes por probar las drogas. A esto se suma una disminución en la percepción de riesgo en el consumo las sustancias. Como consecuencia, según los expertos, la cantidad de chicos vulnerables a los estupefacientes crece a grandes pasos.
Alrededor de 220.000 estudiantes de entre 13 y 15 años, encuestados en todo el país, que nunca probaron drogas ilícitas, manifestaron que tienen curiosidad por consumir estas sustancias y que sí lo harían frente a la posibilidad de tener acceso, según se desprende de la última encuesta que realizó la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), que se realizó en 2007, pero sus resultados trascendieron recientemente.
La encuesta, que en Tucumán involucró a casi 65.000 adolescentes, tuvo resultados significativos: un 9,3 % de los estudiantes consumió alguna droga ilícita en el último año. La de mayor prevalencia es la marihuana (7,6 %), seguida por la cocaína (2,5 %). Más del 16 % de los estudiantes no considera que sea un riesgo consumir de forma experimental un porro. Además, el 22,7 % de los adolescentes declara que recibió una oferta directa de marihuana y el 35 % de ellos opina que esta droga es de muy fácil acceso.
"Las razones de consumo de drogas ilícitas está ligado, en el imaginario de los adolescentes, a una búsqueda de placer y diversión, y la percepción de riesgo y la información sobre el daño que producen queda en un segundo lugar", señala el informe de la Sedronar, y concluye diciendo que se ha incrementado notablemente la proporción de población en riesgo de consumir.

Condimento
"La incorporación de la droga en la cultura no sólo genera curiosidad sino que plantea otra cuestión: las sustancias ya no están tan mal vistas. Lo que antes se consumía sólo en grupos reducidos ahora aparece en todos los grupos, a cualquier hora y en cualquier lugar", sostiene Ramiro Hernández, coordinador del Programa Universitario para el Estudio de Adicciones (PUNA). Y aclara que las drogas sí causan un grave daño en el cuerpo.
El experto opina que la marihuana se terminó convirtiendo en un factor de inclusión. "Hoy, si no fumás sos un careta. La droga es un condimento más en la vida de los jóvenes, que crece de la mano de un contexto favorable. El porro, según ellos, es más sano que el tabaco", explica. Por este motivo, según Hernández, es insuficiente la prevención que se hace en la actualidad. "Ya no alcanza con decir ?la droga mata?. Es necesario profundizar sobre los valores, los proyectos de vida, los límites y el aprovechamiento del tiempo libre", resume.

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Sondeo en todo el país

- El consumo de alcohol involucra al 60% de los estudiantes encuestados por la Sedronar en todo el país. La bebida más consumida es la cerveza (79 %), seguida por bebidas blancas o combinaciones de bebidas diferentes al vino o cerveza (53 %), y por último el vino (40,6 %). 

- Los varones consumen en mayor proporción que las mujeres, excepto en el uso de tranquilizantes sin prescripción médica. En el consumo de marihuana y de cocaína, los hombres duplican a las mujeres.

- En el grupo de estudiantes de 15 y 16 años se encuentran las tasas de incidencias más altas en el consumo de estimulantes sin prescripción médica, solventes o sustancias inhalables y pasta base. Y en el grupo de 17 años y más, la proporción de nuevos consumidores de alcohol, tranquilizantes sin prescripción médica y marihuana.

- El uso experimental de psicofármacos es considerado sin daño por el 8,6 % de los encuestados, el de cocaína por el 7,5% y el de éxtasis por el 5,7%. La percepción de riesgo disminuye mientras aumenta la edad de los encuestados.

- La falta de atencion por parte de los padres sigue siendo un factor de riesgo fuertemente asociado al consumo de drogas. Los estudiantes cuyos padres tienen actitudes de mayor cuidado revelan una tasa de consumo de drogas ilegales del 2,9 % frente al 29,4% de los hijos de padres que les prestan menor atención.

- En el periodo 2001-2007 se incrementó el consumo de todas las sustancias. El alcohol escaló 17 puntos en el porcentaje de estudiantes que tomaron alguna bebida alcohólica. El consumo de marihuana se incrementó en un 5 %  y el de cocaína casi un 2 %.

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