"Penar el consumo no ayuda al adicto"

"Penar el consumo no ayuda al adicto"

El experto exige políticas de inclusión social.

DEFENSOR. Alberto Calabrese asesora al Gobierno nacional. LA GACETA / FRANCO VERA DEFENSOR. Alberto Calabrese asesora al Gobierno nacional. LA GACETA / FRANCO VERA
07 Noviembre 2008

El consumidor de drogas procesado por la Justicia termina identificado con la cultura penal, lo cual le da una identidad social negativa, que no lo ayuda a superar su problema. Con este concepto, Alberto Calabrese, director de la carrera de especialización en Drogadependencia de la UNT, defendió el proyecto del Gobierno nacional de despenalizar la tenencia de drogas para consumo.
Calabrese dictó la conferencia inaugural del Primer Congreso Universitario sobre Adicciones que organiza el Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones (PUNA), iniciado ayer en el Centro Cultural Virla.
"Soy parte interesada en el proyecto de despenalizar la tenencia para el consumo; pertenezco al comité científico que asesora al Ministerio de Justicia en este tema. Creo profundamente que incriminar penalmente a un adicto no es hacerle ningún favor. No lo ayudamos a reinsertarse socialmente, aunque que lo mandemos a un tratamiento obligatorio; en ese caso, ya lo estamos discriminando previamente", explicó durante una conversación con LA GACETA.
Calabrese sostuvo que hay otros adictos que no pasan por el sistema penal, como el alcohólico o el jugador, lo cual también constituye un acto discriminatorio hacia el adicto a las drogas. "Por ejemplo, la prostitución está prohibida; sin embargo, no penamos al que usa los servicios de una prostituta", agregó el sociólogo.
El experto considera que se debe instrumentar políticas públicas de inclusión del adicto. "Se tiene que hacer carne el concepto de que la solución a este problema pasa por la educación, por el trabajo, por darles a las personas la posibilidad de tener expectativas en la vida. Por ejemplo, Alemania hizo un muy buen proyecto con jóvenes. Los alentó a crear microemprendimientos con inserción laboral. Si un joven fabrica sandalias, tiene un posible comprador y puede entrar al mercado, su perspectiva sobre la vida se hace positiva y es más difícil que caiga en una adicción", aseveró.

Vidas con sentido
"La gente está aterrorizada, aplastada con la sensación de que el narcotráfico es todopoderoso y que la única solución es el aparato militar o policial. No se da cuenta de que este es un trabajo colectivo. En 70 años de lucha contra el narcotráfico no se logró un pepino. Si cada persona tiene un sentido en su vida, si la nación que los alberga le da la posibilidad de proyectar el futuro, será difícil que las adicciones tengan cabida", agregó Calabrese.
Según el experto, el consumo de drogas en la Argentina no está generalizado y es similar al de la media en el resto del mundo. De todos modos, destacó las diferencias entre los adictos según su estrato social. "Al que consume paco todo el mundo le pone los ojos encima y lo demoniza. Pero al que consume éxtasis nadie lo mira. Quienes gozan de un buen pasar económico también pueden ser adictos, en la medida en que haya espacios vacíos en su vida. En estos casos, el consumo aparece como festivo, pero termina como lascivo", aseguró el catedrático.

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