La crisis hundió la demanda rusa de naranjas

Los problemas financieros por los cuáles está atravesando el mundo entero paralizan el interés de los importadores rusos por adquirir naranjas del país ibérico. La caída sería en el orden del 85%.
La crisis internacional también está golpeando con dureza a la economía rusa y parte de las consecuencias de la contracción que sufre el consumo en Rusia están repercutiendo negativamente en el negocio citrícola español principalmente.
Rusia se había constituido durante las dos últimas campañas en uno de los destinos emergentes más prometedores para la exportación naranjera -de hecho en el último ejercicio los envíos se duplicaron respecto del anterior, con 50.000 toneladas- pero este año la demanda rusa se encuentra en una inquietante situación de parálisis. Desde el inicio de la actual temporada y hasta el momento, los pedidos descendieron en torno a un 85% respecto de igual período de 2007, según las empresas consultadas.
Los importadores rusos apenas dan señales de vida y se muestran muy reticentes a la hora de cerrar tratos porque, al parecer, están cobrando con mucho retraso a sus clientes, en este caso los supermercados, los cuáles, a su vez, tampoco están organizando grandes promociones de venta con los cítricos como protagonistas como sí hicieron el año pasado.
"Las cosas cambiaron radicalmente respecto de 2007", señaló Alberto Torres, gerente del grupo Goldfinger, especializado en el mercado ruso. "De hecho todavía no hemos fletado ningún barco y sólo hemos enviado la cuarta parte de los camiones que la temporada pasada ya habíamos remitido por estas fechas", apuntó.
El hundimiento de la demanda es el principal escollo al que se enfrentan los operadores citrícolas rusos.