Ortega llegó a Tucumán en un jet privado

Que Ariel Ortega es una estrella no caben dudas. Y, como tal, el hombre cuenta con una variada gama de licencias y de concesiones que el resto de sus compañeros de Independiente Rivadavia no tienen. Quiérase o no, el "Burrito" es uno de esos futbolistas que por su categoría se ubica varios escalones por encima del resto.
Así como el jujeño mira a todos desde el cielo, por esa misma vía llegó a la provincia el viernes. El glamour del profesional crece aún más si se tiene en cuenta que no viajó en un vuelo chárter, sino en un jet privado, cortesía de Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia, que le prestó su aeronave a Ortega para que llegue un día antes que sus colegas. Ellos viajaron en ómnibus.

Agenda de fin de semana
Luego de instalarse en el hotel cinco estrellas ubicado frente al parque 9 de Julio, "Orteguita" acomodó sus pertenencias, realizó el check in y se dirigió hacia Yerba Buena, donde visitó a su hermana y a sus sobrinos, y cenó allí. Después Ortega regresó al búnker de "la lepra" a descansar y se preparó para recibir a sus compañeros de equipo, que arribaron ayer, cerca del mediodía.
Si bien no hubo una fiebre generalizada por parte de la afición, un puñado de jóvenes fanáticos aguardó pacientemente la salida del profesional.
El momento esperado llegó cerca de las 16. Con cara de pocos amigos, el "Burrito" esquivó el micrófono de LA GACETA y directamente evadió cualquier contacto con la prensa en general. A su vez, se bancó el miniasedio de los simpatizantes que rogaron inmortalizar el momento con una foto, al tiempo que hizo oidos sordos ante el insulto de unos chicos que pasaron en auto. Bien por el crack.
Desde la primera fila del piso superior del micro, Ortega comandó el contingente hacia la cancha de San Martín, donde el plantel trabajó a puertas cerradas. Fue por pedido del DT visitante, según informaron desde La Ciudadela. San Martín cedió sus instalaciones por gentileza con los cuyanos, que habían hecho lo mismo cuando el "santo" viajó a Mendoza.
Durante el trayecto al estadio de Bolívar y Pellegrini, el jujeño recibió desde aplausos hasta reiterados insultos de los peatones que lo reconocieron. El ingreso a la cancha fue tranquilo. Ni bien se bajó del colectivo, Ortega saludó a uno de sus sobrinos, a Roberto Dilascio, de la Gerenciadora del NOA, y al personal de seguridad que celosamente cuidó que nadie lo perturbara.

Vila anunció que pretende ser el presidente de la AFA

El encuentro se concretó en la sala de reuniones de la planta baja del Catalinas Park. El empresario Daniel Vila, presidente de Independiente Rivadavia, se sentó a la cabecera de la mesa. Con tono pausado, les explicó a los dirigentes de varios clubes tucumanos que pretende postularse a la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino cuando concluya el ciclo de Julio Grondona.
La reunión duró más de una hora. Los participantes escucharon atentamente las palabras del empresario de medios de comunicación. Este, según confirmaron varias fuentes consultadas, les expuso detenidamente su proyecto. También les pidió que les comentaran cuáles eran los problemas que padecen y su opinión sobre una posible reestructuración del fútbol argentino.
Luego del encuentro, los directivos se retiraron raudamente del hotel y la mayoría evitó hacer declaraciones sobre lo que había ocurrido en la sala de reuniones. "Vine para escuchar lo que quería decirnos. Habló de sus aspiraciones y solicitó apoyo. Lo escuché atentamente, porque no puedo dejar de hacerlo. Lo mismo haré si llega a la provincia Julio Grondona", aseguró el directivo de un club del interior.
Vila es el presidente de América TV y de la radio La Red, pero además es dueño del multimedio Diario Uno, cuyo periódico se publica en Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos y Rosario. En 2005 ingresó al ruedo del fútbol al ser electo presidente de la "lepra" mendocina.
El empresario irrumpió este año en el fútbol nacional al concretar la incorporación de Ariel Ortega a Independiente. El fin de semana pasado, después de meses de trabajo, se inauguró la remodelación del estadio "Bautista Gargantini" que, entre otros "chiches", cuenta con un sistema de lectura de huellas dactilares para que los socios ingresen a la cancha.