Evalúan el perfil violento de conductores

Las constantes transgresiones a las normas viales, la desorganización en el tránsito, los accidentes y las víctimas mortales en ascenso son una constante desde hace tiempo en Tucumán. Una de las trabas recientes que ha impuesto la Municipalidad capitalina para obtener la licencia de conducir es el perfil de violento de un conductor, que puede detectarse previa realización de tests y de pruebas especiales.
El programa “Control de la ira” que está desarrollando el equipo médico de la Dirección de Tránsito surgió a partir de un muestreo, efectuado entre abril y julio pasados, entre 1.000 ciudadanos que tramitaron el carnet de manejo. El informe reflejó problemas psicológicos en el 31% de los conductores y la mitad de este porcentaje presentó una tendencia a la agresión. Ello significa que se entrega el permiso por un tiempo limitado, para que el postulante realice un tratamiento antes de volver para renovar la licencia. Según los profesionales, se detectaron conductas irascibles ya en el momento en que el solicitante se hallaba en la sala de espera. La psicóloga municipal de esa repartición afirmó que hay tres tipos de personas que no pueden manejar por su condición psicológica: los psicópatas, que no aceptan las normas y consideran normal transgredirlas; los impulsivos, que presentan una tendencia a agredir a los demás, y los adictos a las drogas o al alcohol.
Según el informe, las situaciones que más molestan a los automovilistas son el caos vehicular, los motociclistas, los que violan las normas de tránsito, la imprudencia con la que conducen algunos individuos y tener que circular por el microcentro. Se apunta que los que van a obtener por primera vez o a renovar el carnet deben entrevistarse con la psicóloga y realizar distintas pruebas. En el examen también se tiene en cuenta la condición laboral del potencial conductor, su núcleo familiar, si toma psicofármacos, si alguna vez protagonizó o presenció un accidente de tránsito y a qué edad empezó a conducir. Los conductores considerados no aptos para manejar son registrados en una base de datos de la Dirección Municipal de Tránsito, donde figura también un anexo para los observados. La repartición informó que firmó un acuerdo con el Colegio de Psicólogos para que brinde apoyo terapéutico a las personas que sufren problemas con perfil violento.
Nos parece un avance significativo que se profundice en el perfil psicológico del aspirante a obtener una licencia de conducir o en aquel que solicita renovarla y que no ha pasado antes por este tipo de evaluación, como un aporte en el intento de dar soluciones a un problema crónico que está arraigado en la sociedad. Coincidimos, por otro lado, con la opinión de un psicoanalista respecto de que la violencia en el tránsito no sólo se debe al perfil agresivo de algunos conductores, sino de lo que él denomina “síndrome de impunidad a la tucumana”: el transgresor piensa que será sancionado y que en el caso de que lo fuera, la multa podrá ser arreglada.
Creemos que el crónico problema de la transgresión vial debe ser abordado de un modo integral e interdisciplinario. En forma aislada nada se resolverá. Por ejemplo, cada municipio amparado en su autonomía extiende las licencias según sus propias reglas. No se ha unificado el carnet único en la provincia, así como tampoco existe una base de datos que registre en todo el territorio las infracciones que se cometen. La evaluación psicológica debería ser igual en todos los municipios. La impunidad vial se combate con educación, con la aplicación de la ley, con sanciones ejemplares, con controles constantes y rigurosos. En definitiva, con una política de Estado que promueva y proteja la salud física y mental de los ciudadanos.