Cartas de lectores

DISCAPACIDAD
Leyendo el artículo titulado “Es hora de saltar las barreras mentales”, me doy cuenta de la importancia que tienen la educación y la autoestima en la persona con capacidades diferentes a la hora de relacionarse con el mundo, que justamente no está preparado para tal cosa. Me llamó la atención la última parte, donde hace referencia a la adquisición de medios de transporte que, por sus características, imposibilitan a las personas discapacitadas ingresar cómodamente en dichos vehículos. Creo oportuno destacar que no sólo los que tienen anomalías físicas congénitas o adquiridas por enfermedad o accidentalmente se ven imposibilitadas. Creo que se está olvidando de mencionar a los incapacitados por la edad y a los niños que deben ser acompañados por un mayor. Los ancianos que deben viajar en colectivos porque no tienen para un taxi, ya que para ellos es muy costoso, teniendo en cuenta sus haberes jubilatorios. Me da mucha pena ver cómo los abuelos sufren a la hora de subir o bajar de un colectivo. No pueden agarrarse de los pasamanos porque muchas veces son muy altos, o porque sostienen con una mano un  bastón. Igualmente les pasa a las madres que deben viajar con varios niños pequeños que no tienen la altura física suficiente para  subir solos al primer escalón de los ómnibus. ¡Qué bueno sería que se revirtiera esa situación! Pienso lo mismo, cada vez que paso por un edificio y veo que la rampa de acceso alternativo es simplemente un cumplimiento a la ordenanza que obliga a los consorcios a tenerlas. En la mayoría de los casos, es imposible acceder al edificio subiendo por ellas. Desconozco cuál es el criterio de los arquitectos a la hora de hacer una rampa, pero creo que accesos como el comentado son un atentado a la integridad física de quienes tienen que usarlos.n



CENARA
Le respondo a la lectora Hynes, que habla y desvirtúa lo expuesto por la lectora Soto (14/07), sobre la desaparición misteriosa de perros del Cenara, pero nada dice sobre ello. El 30/06 fui a buscar cuatro perros que habían sido levantados del centro. Recogieron alrededor de 100 canes y había tan sólo 14. Basta ir una sola vez para comprobar los padecimientos que allí sufren los animales, agonizando sin atención, con distintas patologías evidentemente sin tratamiento. ¿El encargado y los veterinarios responsables de la salud y bienestar de los animales no se percatan? Presumo que hay mucho para ocultar, porque la única proteccionista con verdadero amor y dedicación por los animales que se desempeñaba en el albergue, que puso en conocimiento sobre las graves falencias de funcionamiento a los tres funcionarios que les compete (sin que le diera respuestas ni fuera citada a corroborar) fue trasladada por un funcionario de Urbanidad e Higiene; previamente, recibió persecuciones, amenazas y denigración. El 17/07 se presentó al Cenara como simple colaboradora. El veterinario la hostigó y le pidió que se retirara, y telefónicamente el funcionario que la trasladó le ordenó lo mismo. Si es una institución pública ¿por qué esa restricción? ¿Quizás porque el contenedor estaba lleno de animales muertos?



COSTUMBRE PELIGROSA
Es alarmante la cantidad de choferes de colectivos urbanos que, en muchos casos, conducen con acompañantes a su lado, personas que habitualmente no pagan boleto y que distraen la atención de quienes manejan, con los consiguientes peligros que esto acarrea para los pasajeros. Por  lo expuesto, las autoridades pertinentes deberían tomar las medidas del caso para evitar que se repitan tales transgresiones. Hace algunos años existía en las unidades un letrero que  decía entre otras cosas, prohibido conversar con el chofer, algo que en la actualidad no se cumple.


JUICIO (I)
He leído la carta de la lectora Irma Susana Tula y no salgo del asombro cuando dice: “no recuerdo nunca haber visto la guerra de la que hablan”. Yo le puedo decir que sí hubo una guerra en Tucumán, en la que perdió la vida mi hijo Juan Angel Toledo Pimentel el 17 de mayo de 1976, cuando iba a prestar ayuda humanitaria en Caspinchango, cerca de Santa Lucía, en una ambulancia que fue dinamitada por control remoto por un grupo de terroristas (más de 60), que operaban en esa zona de nuestra provincia. Junto con él murieron el sargento Alberto Lai y el soldado Carlos Cajal, quedando gravemente herido el mayor Pedro Solórzano. Mi hijo estaba cumpliendo el servicio militar, recién recibido de médico. Antes de cumplirse el mes del atentado, murió mi esposo que no pudo superar su pérdida. En menos de un mes, los “jóvenes idealistas”, simplemente subversivos, diezmaron mi familia. No creo que el gobierno quiera traer un poco de justicia, como usted afirma con estos juicios. Sí  creo que están llenos de odio y de venganza, abriendo las heridas de un pasado que nadie quiere volver a vivir, y con un revanchismo para el sector que defendió a nuestra Nación y a sus instituciones para que todos los argentinos podamos gozar hoy de esta democracia. Justicia como usted dice, sería juzgar también a todos los montoneros, erpianos, etcétera, que iniciaron esta cruenta guerra con ideas foráneas, muchos de ellos entrenados en Cuba y en Rusia. A un solo sector, al del terrorismo y a sus aliados, lo resarcieron con sumas millonarias como víctimas, mientras que los familiares de los que ofrendaron la vida por nuestra patria solamente hemos recibido humillación. Yo también creo en la Justicia Divina y en su misericordia, y eso me ayuda a seguir viviendo sin rencor, solamente con el orgullo de una madre de que su hijo fue un mártir de esta querida Nación.



JUICIO (II)
Los defensores del accionar de Bussi dicen que hay que olvidar y perdonar. Hay un error de concepto: olvidar y perdonar son prerrogativas de las víctimas, no de los victimarios.




RUTA DEL AZUCAR
Leí  en LA GACETA que el Ente Tucumán Turismo estableció un circuito turístico de la provincia, la “Ruta del Azúcar”; decisión muy acertada, ya que es una manera efectiva de mostrar nuestra principal actividad. Veo que esta ruta se inicia donde comenzó la etapa industrial de la actividad y termina en un moderno ingenio, que muestra la complejidad del proceso de la fabricación del azúcar. Considero que a esta cadena le falta un eslabón que fue y es importante para la actividad: la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres. Esta institución, fundada en 1909 como Estación Experimental Agrícola de Tucumán, cuyo nombre fue modificado en 1994, fue pionera en el desarrollo de la producción azucarera del país, tanto en su aspecto agrícola como industrial. Actualmente, la EEAOC es un organismo de prestigio internacional, con un nivel de investigación y experimentación similar a los del mundo desarrollado. Por este motivo, sería conveniente incluirla en la “Ruta del Azúcar”.n


Las cartas para esta sección deben tener un máximo de 200 palabras, en caso contrario serán sintetizadas. Deberán  ser entregadas en Mendoza 654 o en cualquiera de nuestras corresponsalías haciendo constar nombre y domicilio del remitente. El portador deberá concurrir con su documento de identidad. También podrán ser enviadas  por e-mail a: [email protected], consignando domicilio real y Nº de teléfono y de documento de identidad. LA GACETA se reserva el derecho de publicación.