Albert Einstein regresa a Tucumán para mezclar sus teorías con divertidas anécdotas

Cuenta que hasta tuvo que aprender algo de física, y que en el Congreso Internacional de esa ciencia (en 2005), los profesionales le preguntaban si lo era, y le agradecían los recursos didácticos para enseñar la física.
Juan Tríbulo regresa con "Personalmente Einstein", una de las puestas que más representó en su vida, y que más satisfacciones le dio. La obra, adaptada y dirigida por Leonardo Goloboff, se estrenó en 2003, y sus últimas funciones se brindaron en 2006.
Ahora, a partir de este sábado a las 22, en el Círculo de la Prensa, se reestrenará, "porque consideramos que todavía hay un público que quiere ver este trabajo y gente más joven que desea verlo de nuevo", le dice el avezado actor a LA GACETA.
"Y sí, tuve que aprender física, por lo menos lo que digo en la obra, porque sino, no resultaría auténtica mi interpretación; pero todavía no me animo a que me hagan preguntas", bromea.
En un momento de la charla con este diario, el actor confiesa que había leído sobre la obra en internet, y después, ante el espejo, se vio parecido a Einstein. "A partir de ahí le propuse a Golo conseguir la obra, lo que finalmente logramos con mucho esfuerzo".
Tríbulo tiene razón: el diario "El Día", de La Plata, quedó impresionado con el parecido físico con el personaje, luego de que fuera representado en el mismo salón en el que el científico pronunció una conferencia en esa ciudad.
Y los que vieron la puesta saben que a Tríbulo no le hace falta mucho maquillaje para parecerse a Einstein.
Cuando se indaga sobre "Personalmente Einstein", responde que "el espectáculo es un pedido de clemencia hacia el científico por el gran error de su vida. No fue el único del que tomó cuenta: también admitió que había abandonado su familia y sus afectos por su trabajo", añade. "Creo que no tenía alternativa, porque la bomba atómica si no la fabricaban los norteamericanos, la hacían los alemanes", especula.Juan Tríbulo realmente descolla con su actuación: hace recorrer al personaje por distintos pasajes, desde que narra anécdotas jocosas, hasta el emocionante alegato pacifista final, pasando por la interacción con su público, los espectadores, en definitiva.
"Con Leonardo Goloboff intentamos en todo momento humanizar al científico, bajarlo del pedestal, y para ello recurro a técnicas de narración oral como a las del clown".
En la trama, Einstein tiene 70 años y viene a Tucumán a dar una conferencia.
Durante la misma, no puede, o no quiere, focalizarse en un solo tema. Su mente salta de la explicación del por qué de la fuerza de gravedad, de la interacción entre luz y materia, de sus conceptos de espacio y tiempo, a datos de su historia doméstica, su infancia, el recuerdo de sus padres, su amor por la música, la anécdota de la brújula, sus mudanzas, sus años de estudio en el Instituto Politécnico de Zurich, sus matrimonios con Mileva y Elsa, su Premio Nobel, la llegada de Hitler al poder, su traslado a Estados Unidos, su alerta a Roosevelt sobre la bomba atómica, su labor en la Universidad de Princeton. Lo verdaderamente atrapante del texto, es descubrir el costado humano del genio, sus dudas, sus frustraciones, sus pasiones, sus debilidades, sus errores.