La pasión del fútbol los enfrenta y los une a la vez

La pasión del fútbol los enfrenta y los une a la vez

Aunque uno es "veneno" de San Martín y el otro es un "enfermo" de Atlético, desde hace más de dos décadas son amigos de verdad.

FUERA DE LA CANCHA. “El Chueco” Rubiol y “El Loco” González son vecinos y amigos más allá de la pasión por sus respectivas camisetas. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL FUERA DE LA CANCHA. “El Chueco” Rubiol y “El Loco” González son vecinos y amigos más allá de la pasión por sus respectivas camisetas. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
20 Julio 2008
El fanatismo por sus preferencias deportivas los confronta diariamente, pero la amistad que construyeron a lo largo del tiempo no sólo los une sino que también motivó a sus esposas a convertirse en amigas.
Se conocieron en el Barrio Vial, hace más de dos décadas. Al principio sólo fueron vecinos y después nació la amistad. Hoy, tras formar sus familias, residen en viviendas cercanas a esa barriada. Además, se encuentran y frecuentan al menos una vez por semana en el vecindario donde compartieron travesuras y aventuras durante la infancia.
"Nuestras casas paternas no estaban en la misma cuadra o manzana. Yo vivía a la vuelta, porque su cuadra era una heladera; de otro modo no podríamos ser amigos", dijo Gonzalo Darío "El Chueco" Rubiol.
Fanático de San Martín, dice que tiene cara de "santo" porque hacía "milagros" con la computación. Pero, desde que nació su hija Guadalupe cambió el mouse (ratón) por el volante de un taxi. "Era la única manera de generar los recursos necesarios que la discapacidad de mi nena demanda para su tratamiento, crianza y educación. También mi padre me ayudó mucho", destacó el hincha de San Martín, de 32 años .
"En el fútbol conozco tres tipos de simpatizantes: el fanático, el "veneno" y el "enfermo". Me incluyo entre estos últimos", contó "El Loco" Pablo Alberto González, que a pesar de su condición de decano en fútbol, según Gonzalo "fue aplazado 20 años en vuelta olímpica. Una asignatura que al fin pudo aprobarla al emular el ejemplo de papá santo, como obediente hijo precisamente el Día del Padre", ironiza el vecino y amigo.

El mejor regalo
"Ustedes (por San Martín) son como el ascensor: así como suben también bajan y a veces descendieron más allá del sótano. Pese a todo este ascenso de Atlético a la Primera B Nacional, sin dudas, fue el mejor regalo que recibí ese día. Sólo quería romper el maleficio; la última vez que festejé un título fue en 1988, cuando tenía ocho años. ¿Sabés como iban a gastarme si no ganaba Atlético?", destacó "El Loco". El fana decano trabaja como visitador médico y está casado con la hija de un "ciruja". "Sólo una vez cargué a mi suegro, porque me había ?hecho de goma? un día que Atlético había perdido el clásico con San Martín. Todavía era novio de su hija. Me desquité el día que San Martín volvió a la Liga. Pero no le cayó nada bien. Entonces le di la mano, sin rencores, y desde entonces podemos hablar de fútbol pero sin bromas de por medio", reveló Pablo.

Con la familia
"El Chueco" llevó a su familia a la cancha de San Martín. "Fue para el partido con Belgrano. Disfrutaron más que yo. Cuando ?hicimos? el gol, mi mujer estaba abrazada y a los piquitos con Guadalupe, mientras Santiago, mi hijo varón de dos años, celebraba en mis brazos", remarcó el analista en sistemas convertido en empresario "tachero".
"Nuestras esposas se hicieron amigas a través de nosotros. En el grupo de amigos somos seis o siete que siempre estamos en contacto. Somos tres los enfermos de Atlético", detalló "El Loco", el papá de Lucía, de un año, a quien asoció a Atlético después de la primera ecografía que se hizo su esposa.
"El día del cumpleaños de Guadalupe y Santiago fueron a la fiesta de Lucía con la camiseta de San Martín", acotó Gonzalo. "Pero las mejores cargadas nos hacemos con cartas supuestamente anónimas, que llegan a nuestros hogares", puntualizó Pablo. "El Loco" y "El Chueco"son amigos, pero ni dormidos van juntos a la cancha.

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