Boston dominó con garra y gran defensa

Los Angeles.- Boston Celtics ganó el primer duelo de la final de la NBA al superar a Los Angeles Lakers por 98-88. Fue un choque marcado por la emotividad propuesta por los "verdes", personificada en la heroica actuación del alero Paul Pierce.
El encuentro, disputado en la noche del miércoles, presentó dos caras diferentes: los Celtics pusieron el ardor guerrero y los Lakers cedieron en la segunda parte del partido, en la que quedaron congelados ante la gran defensa local.
Más de 18.000 espectadores llenaron la cancha de Boston para asistir al primer enfrentamiento de la esperada final.
Pierce fue el gran protagonista del partido, y no sólo por anotar 22 puntos. El alero, ayudado por dos compañeros, se retiró a los vestuarios en la mitad del tercer cuarto después de sufrir un golpe en la rodilla derecha. El Garden de Boston quedó entonces paralizado, con las lágrimas contenidas, sospechando una lesión grave de su jugador favorito.
Pero Pierce regresó minutos después, en medio de un impresionante clamor. Al final del tercer cuarto, el alero anotó dos triples consecutivos que pusieron a los Celtics con ventaja 75-71, una diferencia que iría aumentando gradualmente hasta el final. Boston lloraba, pero de emoción.
El anfitrión se apoyaba en otra gran tarea de Kevin Garnett (24 puntos y 13 rebotes), pero la poderosa irrupción de Pierce finiquitó un encuentro que durante la primera parte había tenido a los Lakers como grandes dominadores.
Pierce dijo que hay grandes posibilidades de que juegue en el próximo encuentro, mañana. "Tengo la rodilla rígida e inflamada, pero hay grandes posibilidades de que juegue en el segundo partido de la llave. Fue un dolor cortante en la rodilla, pero con apenas seis partidos por delante no puedo imaginarme irme de la temporada", precisó.
El equipo angelino se retiró al descanso con ventaja 5146, dejando una imagen de sólido dominador. Pero el conjunto de Phil Jackson se vino abajo en la segunda mitad, en la que sucumbió ante la fantástica defensa de los Celtics.
Kobe Bryant fue su máximo anotador al lograr 24 puntos, pero la estrella de los Lakers no jugó a gran nivel. Apenas anotó nueve de sus 26 intentos, olvidando jugar en equipo. Derek Fisher y Pau Gasol acompañaron con 15 puntos cada uno, mientras Lamar Odom agregó 14.
Tampoco fue relevante el aporte del banco, que se quedó en 15 tantos. Gasol apenas anotó tres puntos en la segunda parte y sucumbió ante el mal funcionamiento del ataque colectivo de su equipo.
El siguiente asalto llegará mañana, de nuevo en Boston. La duda de los Lakers es comprobar si recuperan su armonía en ataque.

El público enloqueció con la vuelta de Pierce
Boston.- El ala pivot Kevin Garnett, una de las grandes figuras de Boston Celtics, que venció a Los Angeles Lakers por 98 a 88, afirmó que la clave del triunfo fue la gran defensa que hizo su equipo después del regreso a la cancha de Paul Pierce.
Garnett, que juega su primera final, aportó 24 puntos y 13 rebotes. "El público se volvió loco cuando regresó Paul Pierce -apuntó-. Allí mejoramos la defensa y eso fue la clave que nos dio la victoria".
Sobre el segundo encuentro opinó: "todos los partidos son diferentes. Nosotros trataremos de hacer el mismo planteo que tan buenos resultados nos dio en el segundo tiempo".
Del otro lado, el español Pau Gasol y Kobe Bryant reconocieron que sus Lakers estuvieron faltos de entrega y de explosión.
"No nos gusta cómo jugamos. Fuimos superados en los rebotes, perdimos muchos balones. Esa fue la gran diferencia. No jugamos bien y estuvimos muy ansiosos", resumió Gasol.
El equipo del laureado Phil Jackson perdió la batalla rebotera 46-33, cometió 13 pérdidas contra ocho de su rival, trabajó para una efectividad del 41.6 %, y encestó sólo tres de 14 tiros de tres puntos, cifras muy bajas de acuerdo con su desempeño en estos play-offs.
"No hicimos lo que normalmente hacemos. Tenemos que practicar en estos dos días, recuperar nuestro juego, y todo irá bien", apuntó Bryant, que terminó con 24 puntos (apenas cuatro de ellos en el último cuarto).
Kobe cree que los Lakers nunca encontraron su ritmo, y tampoco plantaron cara al juego físico que desplegaron los Celtics. (Télam-DPA)