Comprobado: el amor es ciego

Comprobado: el amor es ciego

En el cerebro de una persona enamorada se desactiva la zona que permite ver los defectos de la pareja.

UNO PARA EL OTRO. Un estudio indica que las personas que están enamoradas pierden la capacidad de criticar. LA GACETA/JORGE OLMOS SGROSSO UNO PARA EL OTRO. Un estudio indica que las personas que están enamoradas pierden la capacidad de criticar. LA GACETA/JORGE OLMOS SGROSSO
24 Marzo 2008
MADRID, España.- "El amor es ciego, sordo y estúpido", sostiene la sabiduría popular. Pero ahora el dicho se ha convertido en una verdad científica, porque investigadores del funcionamiento del cerebro lo han confirmado.

Se ha comprobado que las personas que están realmente enamoradas pierden la capacidad de criticar a sus parejas. Es decir, se vuelven incapaces de ver sus defectos, lo que viene a confirmar la ceguera del amor.

Al menos esto es lo que sucede en los casos de amor romántico o maternal, en los que se ha detectado que -ante determinados sentimientos- se activan las mismas regiones del cerebro. Lo explicó la neurobióloga Mara Dierssen, investigadora del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, según publicó el diario "El País".

Lo más curioso del caso, sin embargo, es que, paralelamente a esta estimulación que se produce en las mismas regiones cerebrales, en ambos tipos de amor se desactiva la zona del cerebro encargada del juicio social y de la evaluación de las personas.

Se suprime, por lo tanto, la capacidad de criticar a los seres queridos. "Cuando nos enamoramos perdemos la capacidad de criticar a nuestra pareja, por lo que puede decirse que, en cierta manera, el amor es ciego", señala Dierssen.

Dice esta investigadora que cuando existe enamoramiento de verdad se dan -en mayor o en menor medida- una serie de circunstancias comunes, como la atracción física, el apetito sexual o el afecto y el apego duradero.

Estos sentimientos desencadenan en nuestro interior un conjunto de alteraciones químicas que generan sustancias como la dopamina, responsable de la sensación de atracción, o la serotonina, implicada en los pensamientos obsesivos.

Finalmente, el análisis de estos aspectos también ha permitido constatar que el cerebro de hombres y mujeres funciona de manera diferente en cuanto al amor se refiere, y que cuestiones como los diferentes niveles de apetencia sexual tienen una explicación científica. (Especial)

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