Aldo del Río hace reír con la palabra y el canto

Aldo del Río hace reír con la palabra y el canto

El humorista, que ya cumplió 40 años de actividad, asegura que le gusta representar el modismo de los inmigrantes.

18 Noviembre 2007
Aldo del Río no es un imitador propiamente dicho, pero sus espectáculos están llenos de pequeñas imitaciones y modismos típicos de los inmigrantes. “Yo me considero más un humorista que hace reir con la música y con la palabra. Mis imitaciones tienen que ver más con una cuestión sonora que física”, agregó. Y para demostrarlo relató con un marcado acento español imitando a su abuelo: “San Fermín es, niño mío, una fiesta de España en la que se dejan correr a un grupo de bestias por esas callejuelas de la ciudad. Y por detrás se dejan correr a los toros”. Y aclaró: “mi humor tiene que ver con este tipo de chistes que no recurren a lo vulgar o a las malas palabras”.
Del Río, que ya cumplió 40 años con el humor y que el virnes presentará su nuevo espectáculo “Italianíssimo”, señaló que su fuerte son los shows de música. “Yo no imito a un artista en particular. Si puedo decir que cuando canto, por ejemplo, canciones italianas, aparecen las tonadas de Doménico Modugno o de Nicola di Bari”, señaló el artista, quien vivió varios años en Italia.
En este sentido, el trabajo de del Río se vincula más al tipo de imitaciones que se realizan en las radios. De hecho, el artista trabajó durante 10 años en radio Nacional. “Me gusta sobre todo exagerar los modismos de los italianos, a través del famoso ‘cocoliche’ o de los gallegos. También hago cuadros con judíos. Pero nunca puede hacer a árabes. No me sale”, comentó.
En este sentido, del Río recordó que desde muy pequeño le gustó unir el canto con el humor. “Yo comencé a cantar cuando era chico. Después seguí cantando en la parroquia, hasta que 300 fieles se cambiaron de religión. Entonces empecé a contar chistes”, dijo.
A la hora encarar un show, del Río tiene muy en claro que el habla es más importante que el físico. “Yo me planto en el escenario a la manera de Dean Martin. Es decir que me gusta jugar con el público sin que necesariamente tenga que usar el cuerpo. Muchas veces aparezco como si fuera un borracho y, con el pelo revuelto encaro a la gente diciéndole: ‘¡qué hacen todos ustedes en mi dormitorio!’ Y el público se prende enseguida hasta el punto de que hacen sus aportes con frases y diálogos”, dijo.

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