Murió el poeta tucumano Juan José Hernández

Murió el poeta tucumano Juan José Hernández

El autor de "La siesta y la naranja" había cerrado el ciclo 2006 de conferencias de LA GACETA. Durante su última disertación en esta ciudad, evocó su infancia y destacó la cualidad oral de la poesía. Entonación.

ORIGENES. Hernández vivía desde los 50 en Buenos Aires, pero nunca pudo olvidar a su Tucumán natal. TELAM ORIGENES. Hernández vivía desde los 50 en Buenos Aires, pero nunca pudo olvidar a su Tucumán natal. TELAM
22 Marzo 2007
"Señora de la siesta, la del dulce abandono: tu reino en la frescura del patio, en los helechos"... Los versos simples y delicados de Juan José Hernández seguirán guardando la inevitable referencia a su Tucumán natal, pero su autor ya no volverá a ver a la ciudad de sus amores, poblada de naranjos y de casas con patios de baldosas. El corazón del poeta se detuvo anoche en Buenos Aires, a los 75 años, luego de soportar una penosa enfermedad.
Había estado en la provincia en noviembre de 2006. Fue el encargado de cerrar el ciclo de conferencias de LA GACETA. En esa ocasión, el autor de "Negada Permanencia y La siesta y la naranja" (1952) y de "Escritos irreBerentes" (2003), comentó su confianza en la recuperación de la tradición oral de la poesía. "Se hacen reuniones en bares y confiterías para leer poemas en voz alta. La poesía pide la voz del poeta, conserva su aliento", dijo ante el público que lo escuchaba en el Centro Cultural Virla.
Hernández nació en Tucumán en 1931, y se crió en una espaciosa casa de Barrio Norte. "No me crié en un departamento como esos que abundan en Buenos Aires (y ahora también en Tucumán) donde los niños juegan en balcones alambrados como jaulas, entre la ropa puesta a secar, o en alguna plaza sembrada de excrementos de perros", decía a quien quisiera escucharlo.
En 1952, Ediciones Botella al Mar publicó en Buenos Aires sus primeros libros de poemas. Sus escritos tenían, para la época, una particularidad que Hernández se deleitaba al destacar: buscaban desesperadamente volver a la lengua sonora de la provincia, y escapar del rebuscamiento con el que los poetas de ese entonces querían imitar el estilo rebuscado de los poetas europeos.
Y, sin embargo, no se definía como un escritor regional. "La región es una entonación. Y esto tiene que ver con la lengua materna. Yo soy tucumano, y la sintaxis mía, aunque correcta, tiene vínculo con el habla común de los tucumanos", dijo en una entrevista telefónica con LA GACETA, publicada el 19 de noviembre de 2006, dos días antes de su visita a la provincia.
Su segundo libro de poemas, "Claridad vencida", vio la luz en 1957. Pero no sólo fue poeta y cuentista, sino también un periodista y novelista reconocido. En 1961 ingresó como redactor al diario La Prensa. Y, en 1969, recibió la beca Guggenheim. Recibió, en 1984, el premio Konex, en la categoría "Primera obra publicada después de 1950". "La ciudad de los sueños", una obra publicada en 1971, fue reeditada en 2004. Su última novela "Toukoumán", quedó inconclusa.





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