Los elevados costos jaquean la rentabilidad

Los elevados costos jaquean la rentabilidad

La presión impositiva y los incrementos salariales se presentan como algunas de las trabas para el desarrollo de un sector que genera permanentemente trabajos.

CONSTANTE CAPACITACION. Tanto los empleadores como el personal se exponen a un diario ejercicio de perfeccionamiento para ser competitivos.(ARCHIVO LA GACETA) CONSTANTE CAPACITACION. Tanto los empleadores como el personal se exponen a un diario ejercicio de perfeccionamiento para ser competitivos.(ARCHIVO LA GACETA)
09 Julio 2006
El aumento de los costos de las pequeñas y medianas empresas (PyME) se aceleró en el primer trimestre de este año por las subas de los salarios y de los insumos industriales. Así, la rentabilidad de este grupo de compañías continúo en caída. En el primer trimestre de este año, los costos crecieron un 34,3% con relación al mismo período de 2005. Los precios, en tanto, lo hicieron al 12,3%. Las PyME industriales y las ligadas a la provisión de bienes y servicios como la construcción o estacionales como cosecha de limón, continúan exhibiendo un alto nivel de actividad. El año pasado cerró con un incremento interanual de las ventas del 9,9% y de la ocupación en un 6,3% y un incremento en la utilización de la capacidad instalada. Sin embargo una elevada proporción de empresas no realiza inversiones como producto de la falta de disponibilidad de fondos y de la incertidumbre respecto del contexto económico.
Ese cuadro de situación, descripto por el consultor tucumano, Alberto Ziperovich, muestra las fortalezas y las debilidades que presentan las PyME en la provincia. De acuerdo con el último censo nacional económico, en Tucumán existen unas 38.000 pequeñas unidades económicas que pueden ser consideradas como PyME.
Si bien el sector demostró un poder de reacción propia frente a grandes problemas, como la crisis de fines de 2001 y la posterior salida de la convertibilidad, actualmente las PyME sufren la pérdida paulatina de rentabilidad fruto de los mayores costos laborales (aumentos de sueldos) y de la elevada presión impositiva que ejerce el Estado. Todo eso incide negativamente en un elemento considerado fundamental para la actividad: el financiamiento. Con baja rentabilidad, a muchas PyME le resulta difícil calificar para obtener un préstamo de largo aliento que contribuya a lograr el valor agregado que reclaman los mercados.
" La principal característica de las PyME es su movilidad, versatilidad, velocidad en cambio de rumbos, incorporación de actividades, etc. Desde el Estado no existe reciprocidad a su rol socioeconómico otorgándoles flexibilidad en la contratación de mano de obra", indica Ziperovich. Por el contrario, agrega el consultor, "el Estado quiere lavar su culpa en la feroz transferencia de ingresos que en ocasión de la devaluación de 2002 empobreció por igual a empleados y empleadores PyME". A ese cuadro de situación se suma la cuestión tributaria. "El sostenido incremento de la carga impositiva, convierte al empresario PyME en la variable de ajuste", indica el consultor de empresas. Toda esa situación expone al sector ante alternativas riesgosas: subempleo, decaímiento del servicio, descapitalización y hasta financiamiento marginal.
Ziperovich cree que el Estado, supuestamente benefactor, actúa de la misma manera cuando con una mano incrementa salarios y con la otra congela precios. "Sólo retarda el momento del estallido que encontrará a las PyME nuevamente ante las disyuntivas de siempre: continuar generando empleo a costa de la rentabilidad o cerrar transitoriamente las puertas hasta que pase el temporal", advierte el especialista.
La puja salarial está afectando con fuerza a las PyME, ya que el sector no puede trasladar ese mayor costo a los precios, dice Eduardo Temkin, titular de Apyme Tucumán. El dirigente entiende que hay otras formas de mejorar el poder adquisitivo del salario, como por ejemplo, bajar el IVA a los productos de la canasta familiar.
Temkin también considera que la discusión pendiente del Estado es hasta dónde llega con la presión tributaria y cuál es el límite que tiene para no afectar la actividad económica. "Las PyME necesitamos una política impositiva diferencial, tanto a nivel provincial como en el orden nacional", acota.
"Las PyME, por su naturaleza, son guerreras y dinámicas. Sobrevivieron a la crisis, pero en la actualidad necesitan que el Estado acompañe con políticas activas y de herramientas de financiamiento", finaliza.

El Estado ofrece fondos y capacitación
La Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme), dependiente de la Secretaría de Industria, Comercio y PyME (Ministerio de Economía de la Nación) trabaja junto a ese tipo de empresas brindándoles una amplia gama de servicios y asesoramiento.
Entre ellos podemos mencionar: asistencia financiera, capacitación, comercio exterior, agencias de desarrollo productivo, crédito fiscal y un Programa de Apoyo a la Reestructuración Empresarial (PRE).
l Financiamiento: Si una empresa PyME necesita financiamiento o garantías, la Subsecretaría le ofrece alternativas: a) crédito a tasa subsidiada (el Estado absorbe una parte del costo financiero de los préstamos); b) financiamiento a la actividad productiva (se financian inversiones en activo fijo nuevos y usados y capital de trabajo para proyectos).
l Apoyo a la Reestructuración Empresarial (PRE): El programa apoya el fortalecimiento de la competitividad, facilitando el acceso a servicios profesionales de asistencia técnica y mejorando la oferta de dichos servicios. Los fondos son aportados por la Nación, por las empresas participantes y por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
l Programa Global de Crédito para MiPyme: Se financia a empresas que facturen un máximo de U$S 20 millones, mediante créditos de hasta U$S 3 millones. Los fondos pueden destinarse a capital de trabajo, prefinanciación y financiación de exportaciones y adquisición de capital fijo.
l Régimen de Bonificación de Tasas: Los fondos se pueden destinar a la adquisición de bienes de capital nuevos vía préstamo o leasing; a la constitución de capital de trabajo; a la prefinanciación y financiación de exportaciones de bienes y servicios; a la creación y desarrollo de nuevos emprendimientos, y a la industrialización de bienes y servicios desarrollados por innovación tecnológica.
l Sociedades de Garantías Recíprocas: Son sociedades comerciales que tienen por objeto facilitar el acceso al crédito de las PyME a través del otorgamiento de garantías para el cumplimiento de sus obligaciones. Garantizar es una de ellas (ver página 3). Se trata de una estrategia asociativa entre grandes empresas y PyME. Las garantías abarcan a cualquier tipo de compromisos u obligaciones susceptibles de apreciación dineraria.
l FonaPyme: El Fondo Nacional de Desarrollo para la MiPyme tiene por objeto realizar aportes de capital y brindar financiamiento a mediano y largo plazo. El destino de los recursos es multisectorial. Se financian inversiones en activo fijo y en capital de trabajo para proyectos, que estén orientados al mercado interno, con principal énfasis en la sustitución de importaciones, y que contemplen un alto impacto en el desarrollo regional, generación de empleo y valor agregado.
l Fomicro: Es un programa destinado a la creación de unidades productivas de bienes y/o servicios por parte de grupos de trabajadores desocupados y subocupados, y a la consolidación de microemprendimientos existentes.

Entre la flexibilidad y la falta de competitividad
Las pequeñas y medianas empresas argentinas demostraron una alta capacidad y una mayor flexibilidad para superar las condiciones cambiantes del mercado. Así, por ejemplo, durante la salida de la convertibilidad, el sector demostró mayor resistencia que las grandes compañías ante el duro golpe que significó aquel proceso de crisis socioeconómica.
No obstante, las tendencias del mercado obligan a las PyME a desarrollar valor agregado con el fin de ser más competitivas, tanto en el mercado interno como en el comercio internacional. Ese proceso puede resultar de un impulso individual como también de una estrategia de inserción hacia cadenas productivas con grandes firmas.
Constituirse en la principal generadora de mano de obra es una de las cartas de presentación de las PyME. Además, entre sus fortalezas, contribuyen al mejoramiento en la distribución del ingreso y hasta en el desarrollo económico de una región. Por su envergadura, son de fácil creación y manejo.
Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas cuentan con debilidades que limitan su capacidad de expansión y de comercialización. Así, por ejemplo, puede decirse que la falta de capacitación y de interacción con otras PyME -nacionales e internacionales- le restan competitividad en un mundo globalizado.
Su estructura financiera se encuentra expuesta a las modificaciones que impone el mercado. En este sentido, puede decirse que en muchos casos no llegan a sobrevivir por los elevados costos financieros, productos de los incrementos salariales y de los gastos en servicios, cuyas tarifas están siendo reajustadas.