Sexo interrumpido

18 Nov 2017
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Sexo interrumpido

Probablemente el método anticonceptivo más antiguo que se conoce es el “coito interrumpido”. Es decir: retirar el pene de la vagina antes de que se produzca la eyaculación (lo que en lenguaje popular se conoce como “acabar afuera”). Una técnica que se ha venido utilizando durante siglos. Tal es así que en la Biblia aparece un relato al respecto, en el libro del Génesis. Es la historia de Onán, quien debía cumplir el mandato de embarazar a Tamar, la viuda de su hermano y asegurarle una descendencia. Como este hijo no sería considerado suyo, sino de su difunto hermano y como tal, heredero de la primogenitura, Onán se las ingenia para derramar su semilla sobre la tierra. Una desobediencia que le acarrea el castigo divino. Aunque claramente se trata de un coitus interruptus, su nombre dio origen al término “onanismo”, utilizado como sinónimo de masturbación.

Dudosas ventajas

Este método tiene la ventaja de ser gratis y aplicable en cualquier momento, sin preparación previa. Sin embargo, son muchos más los factores que se han señalado en su contra. En primer lugar, la eyaculación extra vaginal, justo antes del clímax, requiere de un perfecto autodominio para hacer la maniobra a tiempo (en un momento no caracterizado, precisamente, por el control). Por otra parte, algunos argumentan que su práctica continuada podría ocasionar disfunciones eréctiles.

Se ha advertido, además, que el empleo habitual de este método antes de que la mujer alcance el orgasmo -y sin procurar que lo consiga después- le ocasionaría ciertos síntomas y molestias inespecíficas en el bajo vientre.

En general, cabe decir que es una medida poco recomendable por su elevado porcentaje de fallos (aproximadamente un 25%). Y es que, además del autocontrol referido, está comprobado que el líquido preseminal -expulsado en el período de excitación, antes de la eyaculación- contiene espermatozoides. No menos importancia tiene el hecho de que no protege de la posibilidad de contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH-Sida.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.